Esto lleva a que la legislación chilena sea un referente internacional en cuanto a favorecer el acceso a los derechos políticos de las personas migrantes.
Así, en 1906 se dicta la primera ley de habitaciones obreras, y posteriormente en 1916 la ley de indemnización de accidentes del trabajo.
La actividad pesquera y forestal, claves en la matriz regional, confirman ventajas en las labores diarias, dado a la sofisticación de instrumentos que, de paso, también pueden ser de naturaleza preventiva.