Convencida de defender lo justo y las buenas causas, la edil ha trabajado en generar un nexo directo entre gobierno y trabajadores del acero. Espera que suspensión se revierta
Simón Yáñez Hernández.
Si bien, desde septiembre del año pasado la alcaldesa de Santa Juana, Ana Albornoz, mostró su apoyo a los trabajadores de Huachipato, ante un eventual cierre de la empresa y, además, aseguró que sería un nexo con el Gobierno para resolver el conflicto, sus intenciones no llegaron a buen puerto y la usina fue paralizada indefinidamente.
– Alcaldesa usted participó de la mesa que tenía como objetivo salvar el destino de la usina ¿Cómo llegamos a esto?
Lo asumí buscando que no ocurra un cierre definitivo de Huachipato, que es lo que podría ocurrir en unos meses.
En realidad, el mundo sindical nunca ha estado cerca de los políticos. Creo que hay una desconfianza al respecto y conmigo no es así. Desde el 2.000 que soy asesora sindical de la unión portuaria, el colegio de profesores, cargos ad honorem.
El tema es que siempre nos dejamos llevar por las coyunturas. Creo que toda la autoridad se deja llevar por eso y no por el trabajo que hay hace años. Y esa labor, de parte mía, viene de la empatía por la clase trabajadora, por mis raíces y pensamiento, soy una persona de origen humilde y por ello es que realicé esas asesorías.
Para mí también es un dolor tremendo porque nosotros anunciamos esto (cierre de la usina) hace mucho tiempo y creemos que tenemos un problema de fondo que son los 2 mil 200 trabajadores directos y 20 mil en total que pueden quedar sin empleo y como eso afecta la economía.
No, ¿Cómo lo voy a entender así? Esto es algo que lleva décadas. Lo que hay es el resultado de un proceso sistemático de desindustrialización fabril que viene desde los años 80’. Y esto fue a vista y paciencia de ministros, parlamentarios, intendentes, y de toda la clase política. Entonces, lo único que han hecho ellos, es lo que hacen ahora: dar cuñas incendiarias para la prensa, pero no hechos concretos.
Nosotros ya teníamos resuelta una mesa. Era la mesa por la industria y el empleo regional, aquí íbamos a construir un comité ejecutivo para elaborar un plan estratégico de reactivación económica.
La estrategia de desarrollo regional, que, en realidad, le compete al gobierno local, lo habíamos establecido desde los trabajadores. Además, se unieron siete importantes sectores productivos: forestal, industrial, pesquero, transporte, mundo portuario, de servicios, y, el metalmecánico, que es muy importante para nuestra región.
Así también, habíamos escogido un representante. Estábamos desarrollando toda una temática, un plan de estrategia de desarrollo regional donde teníamos medidas de fondo, por ejemplo, el poder construir barcos con acero.
Que la empresa suspenda y cierre indefinidamente. Pueden quedar 2 mil 200 personas sin trabajo (contrato directo), pero no es un proceso que dependa de ni del mal trabajo de los sindicatos, que en el fondo represento, sino que es un proceso que viene arrastrándose hace muchos años.
El sector de la derecha ha aspirado a que solamente el mundo privado maneje la economía a nivel nacional y el Estado tenga una restricción en materia económica. Hoy, se ve otra realidad, hoy piden el salvataje en favor de un grupo que controla Huachipato.
Me llama la atención porque esta es una lucha del rentismo contra el desarrollismo. Hay sectores de la derecha que también estaban con el desarrollismo antes que llegaran los Chicago Boys. En el fondo lo que se ha hecho en este país desde los años 80’ es privilegiar el capital transnacional en el territorio, de extranjeros venga de donde venga: Estados Unidos o China.
Me parece injusto en el sentido de que es un proceso de desindustrialización que viene desde hace muchos años. Esto ha sido como un enfermo terminal que ha estado durante mucho tiempo padeciendo cáncer y se le ha dado cuidados paliativos, pero no se ha tratado de extirpar el tumor.
Esto tiene que ver con la valentía de definir si es que, verdaderamente, nos vamos a abocar a un proceso en que se proteja la industria nacional o nos vamos a dedicar a hacer el mismo rentismo que hace Santiago.
Esta es una región golpeada y económicamente en la debacle en los últimos años. Y es una responsabilidad de todo el mundo político. Solucionarlo en un año electoral es complicado porque se aprovecha políticamente para poder erigir responsables. En esto señalo que sería injusto responsabilizar al Gobierno, pero también nosotros le pedimos que dé una vuelta a todo esto, que ponga prioridad a Huachipato, porque tiene que ver con la posibilidad cambiar las cosas y empujarlas a que se establezcan tasas antidumping.