Retos de autoridades centrales y un fallido toque de queda fueron parte de los hechos que se han vivido durante estos últimos 19 días en que la Región ha estado como zona de excepción.
Un día y medio alcanzaron a durar las vacaciones del intendente Jorge Ulloa antes de que el ministro del Interior (s), Rodrigo Ubilla, decretara estado de excepción constitucional por catástrofe para la Región del Bío Bío, menos en las comunas de Concepción y Talcahuano.
A contar de ese día, Ulloa, junto al Contraalmirante Carlos Huber, jefe de la II Zona Naval, se pusieron a la cabeza de la emergencia y estuvieron sobrevolando la Región en innumerables ocasiones, revisando los avances de los focos. O supervisando en terreno que las llamas no llegaran a las casas en la Villa Italia en Penco o en los alrededores de la Laguna Grande en San Pedro de la Paz.
Lo anterior es destacado por los parlamentarios. El despliegue visto en terreno es considerado como lo correcto para una autoridad regional en situaciones de emergencia.
Pero la imagen del ministro del Interior, Andrés Chadwick, llamándole la atención al intendente del Bío Bío en plena conferencia de prensa y con todas las autoridades presentes, precedido por un fallido toque de queda que se extendió por cuatro horas y que fue bajado desde Temuco, por el ministro de Defensa, Alberto Espina, le restan importantes puntos a Ulloa en la evaluación que de él realizan los parlamentarios.
Tanto los congresistas del oficialismo como de la oposición valoraron que la máxima autoridad regional estuviera presente en todos los lugares en donde hubo focos de emergencia. Es más, la noche del lunes 11 de febrero, Ulloa, junto a otras autoridades estuvieron presentes en el sector de la Laguna Grande de San Pedro y cerca de la Medianoche se trasladó hasta Penco, en donde permaneció hasta las 5 de la madrugada. Desde ahí fue a Coronel, para después volver a Penco.
Para la diputada de RN, Francesca Muñoz, este despliegue es positivo. “Yo destaco su labor, ha estado con la ciudadanía y ha ayudado harto con todo esto. Él ha hecho mucho terreno, recorriendo la zona y cumpliendo su labor como intendente”.
El senador Felipe Harboe (PPD) considera que Ulloa “ha estado bien”, en general. Precisa: “Se le ve muy activo, con harta disposición trabajando. Pero, por alguna razón que desconozco, el gobierno le quitó las facultades y se las entregó al contraalmirante”.
Joanna Pérez (DC) opina que lo ha visto bastante en terreno, aunque ello a su juicio también tiene que ver con una acción de los forestales. “Pero también ha habido lamentables descoordinaciones con Interior en donde han tenido que rectificar su rumbo. Siempre se debe considerar a los actores locales, cosa que en Cañete no ocurrió”, matizó.
En tanto, el diputado Enrique van Rysselberghe estimó que “se le vio en terreno en todo momento y, sin duda alguna, su experiencia como bombero también fue un elemento clave a la hora de actuar con rapidez y decisión frente a esta terrible emergencia”.
Una de las falencias en el liderazgo de Ulloa, se relaciona con el fallido toque de queda y el reto en cámara del ministro Chadwick.
Para el diputado Gastón Saavedra, “si bien era necesario para tener en calma a la población, se debieron haber cumplido todos los protocolos e informar a las autoridades nacionales, hubo un apresuramiento en un punto de alta sensibilidad que encrespó las aguas”.
Una opinión similar manifestó la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, en una radioemisora capitalina: “En mi modesta opinión, no se debió decretar toque de queda y estos errores son compartidos, no sólo del intendente, decretar toque de queda no ayuda al control de los incendios”.
Sobre los dichos de la presidenta de su partido, el propio Ulloa manifestó que “es una opinión personal y se respeta”.