Política

Lo que se juegan Chile y Bolivia en La Haya

La posibilidad de un escenario intermedio, que no le dé la razón a Bolivia pero invite a Chile a sentarse a conversar, toma fuerza. Ello a la par de los cálculos electorales del candidato Evo Morales, que va por una nueva reelección.

Por: Javier Cisterna 23 de Septiembre 2018
Fotografía: Agencia UNO

El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que esperan con ansias Chile y Bolivia es inapelable, y nuestro país ya ha dado muestras anteriores de aceptación total pese a la insatisfacción, como sucedió con Perú en 2014 en el caso de la delimitación marítima. Por eso es que lo que suceda el primero de octubre en los salones del Palacio de la Paz de La Haya, Países Bajos, toma carácter definitorio.

Cierto de aquello, la última semana el equipo nacional liderado por el canciller Roberto Ampuero, ha reiterado con fuerza que la demanda altiplánica no versa sobre una eventual cesión de territorio. Efectivamente, ni mar ni tierra chilena se encuentran sujetas al designio de los jueces, mas sí una solicitud que en el papel parece inocua: sentarse a negociar, Chile y Bolivia, una salida soberana al mar.

Para fallar lo anterior, la CIJ deberá darle la razón al país vecino y apoyar la tesis de que La Moneda se obligó con anterioridad a negociar un acceso al Pacífico y que dicho deber se mantiene tan vigente como irresoluto. Y no solo eso. Los abogados bolivianos afirman expresamente que Chile tiene que cumplir su supuesto mandato de buena fe, formalmente y dentro de un tiempo razonable.

Esta serie de elementos que constituyen la demanda boliviana —rotulada en La Haya como “Obligación de negociar un acceso al Océano Pacífico”— le han aportado complejidad a su comprensión y eventual aceptación. Así lo creen actores políticos y expertos en Derecho Internacional, que en estos días, del lado chileno, han matizado análisis que apuntan a lo que sería una resolución más favorable que perjudicial.

Mismo razonamiento ha aplicado el ministro Ampuero, quien aseguró que Evo Morales está “preparando el terreno para un fallo que no le dará lo que le prometió a su pueblo para ir a La Haya: territorio soberano chileno”. El titular de Exteriores ha endurecido el tono los últimos días, al punto que también le recordó al mandatario su condición de aspirante, nuevamente, a la primera magistratura —“a Evo Morales lo veo como un candidato en campaña”.

La demanda boliviana y la figura de Evo Morales son indisolubles; la aspiración marítima también. El otrora líder cocalero pasará a la historia como el Presidente que estampó la añosa pretensión en la carta constitucional de Bolivia (2009), cuestión que obligará a cualquier mandatario futuro a bregar por una salida oceánica a despensas de Chile. En lo inmediato, sin embargo, Morales espera que sea él quien siga encabezando la presión internacional.

Este próximo año el país vecino vivirá elecciones generales y Evo es el único candidato ratificado, en tanto la oposición se mantiene dividida y su principal carta, el ex Presidente y vocero marítimo Carlos Mesa, se mantiene dubitativo. Así las cosas, todo apunta a un cuarto mandato consecutivo, y La Haya, o mejor dicho Chile, volverá a ser factor en los comicios. El ex canciller Heraldo Muñoz lo refrenda: “Tratar de ofender a Chile y crear una animadversión hacia nuestro país, tiene una lógica de política doméstica de alguien que quiere reelegirse”.

Pese a lo anterior, consultado por Diario Concepción, el hoy timonel del PPD remarca que no es la CIJ la que presta atención a lo que sucede en La Paz, sino más bien opera el cauce contrario. Visión que comparte el senador del PS José Miguel Insulza, quien sostiene que Evo Morales “se dedica a la política interna a través de la política internacional y, como está en campaña, no va a admitir jamás que este fallo lo perdió”.

En cuanto a posibilidades, el ex secretario general de la OEA se muestra optimista, destacando que está convencido de que “no vamos a perder”.

Morales lo que le pidió a la corte es que declare que Chile está obligado a negociar una salida soberana al mar para Bolivia, que ha incumplido esa promesa y que debe cumplirla ahora a la brevedad posible. Entonces, eso, la corte no se lo va a dar”, comenta Insulza.

Heraldo Muñoz, por su parte, subraya que “Evo Morales ha generado expectativas muy altas respecto al resultado y probablemente va a tener que explicar que, en el mejor de los casos (para Bolivia), lo que la corte va a decir es sí, siéntense a negociar. Y Chile siempre ha estado dispuesto a conversar, incluso a negociar, siempre y cuando sea en el marco del respeto al Tratado de 1904 que estableció las fronteras de forma perpetua, de modo que para Chile el que la corte diga siéntense a conversar no representa ningún desafío, porque ya lo hemos hecho en el pasado”.

Ambos personeros ven probable que los jueces de La Haya inviten al diálogo en su lectura final, pero sin circunscribir su resultado a predestinación alguna, lo que sería leído como un escenario intermedio y una victoria en disputa. María Teresa Infante, embajadora de Chile en Países Bajos y coagente para el presente caso, evita caer en vaticinios y pide recordar el fallo de las excepciones preliminares, que si bien rechazó la objeción chilena acotó el ámbito de la controversia.

“Lo que ha dicho (la corte) es que debe examinar si existe o no una obligación de negociar como una cuestión de fondo y sin resultado predeterminado. No ha dicho que respalda la demanda de Bolivia en cuanto a que existe una obligación de negociar, menos aún sobre cuál es el contenido de esa obligación”, comenta Infante, volviendo a la certeza jurídica a la que Chile se ampara por estos días.

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