Política

Alfredo Moreno, presidente de la CPC: “Sin buena política, no funciona el empresariado”

Por: Luz María Astorga 29 de Octubre 2017
Fotografía: Agencia UNO

El análisis de quien fuera canciller en el gobierno de Sebastián Piñera y hoy dirige el gremio empresarial.

Ni tampoco la economía, afirma el dirigente gremial, hombre de Penta, ex Canciller en el gobierno de Piñera, ingeniero pragmático, afanado hoy en acercar el mundo empresarial a la gente y encarar los temas que vienen y “donde podemos cambiar algo”. Lo fundamental, recalca a menos de un mes de las elecciones, es “que tengamos buenos diputados, senadores, partidos, presidente y gobierno. Hay que revalorizar la política. No pensar que lo único para hacer es criticar. Porque la experiencia de los países que han dicho ‘los políticos son sucios, malos, tramposos y no me meto porque me voy a ensuciar’, es que quedan en manos de otros y que no son los mejores, los más honestos ni idóneos. Y eso termina mal”.

A metros del bullicio anárquico de Providencia con Metro, tiendas y comercio de cuneta, buses destartalados, autos y motos, la casona de la Confederación de la Producción y del Comercio, CPC, se aparece como una isla. Con hartos árboles y estacionamientos, muros blancos y ni una mosca que rompa esa estética ultra tradicional de salones que pareciera nadie usa, acoge con especial silencio. Un silencio que grita. Grita su distancia con el correr y sufrir de la calle, el desorden urbano de la gente común, los graffiteros, delincuentes y peatones. Así, como detenida en el tiempo, la casona pareciera desmentir eso de que el empresariado chileno se está modernizando, que se acerca a la gente, a los trabajadores, a los jóvenes y se afana por restablecer confianzas, en una sociedad donde prácticamente todas las instituciones están o han pasado crisis recientes. En la CPC, por financiamiento irregular de la política, conflictos de interés y colusión, todo disparando contra la base del modelo de economía de mercado: la libre competencia.

Probablemente nada de lo descrito estará en sintonía con el sentir de las cúpulas empresariales. Menos, con la del dueño de casa, el presidente de la CPC, Alfredo Moreno, ex Canciller en el gobierno piñerista, empresario, director de empresas y corralero que sorprende hasta a la reina de Inglaterra con las habilidades de sus caballos. El ingeniero civil UC que estudió en el San Ignacio de El Bosque y que en 1973 aspiró -sin éxito- a convertirse en presidente del centro de alumno en lista de centroizquierda-DC, pero que ya en la universidad tomó las ideas neoliberales y después fue a Chicago por su MBA.

De intensa actividad empresarial, el también presidente de Penta, dedica la mitad de su tiempo a la CPC, así es que su reloj tiene los minutos marcados por una interminable seguidilla de reuniones, como pan nuestro de cada día. Al encuentro con Diario Concepción llega casi-casi puntual, enérgico, en tono ejecutivo-amable, preguntando de sopetón cómo andan las ventas (entendible, él también tiene una editorial, ha estado en el directorio de El Mercurio y manejó el grupo de medios de Manuel Cruzat a fines de los 70, que incluía Ercilla y Radio Minería).

Asumió en marzo pasado y, entonces, el diario de la U. de Chile tituló: “Con Alfredo Moreno como nuevo jefe de la CPC, Grupo Penta y piñerismo llegan a liderar al gran empresariado”. Tiempo después aclaró en una entrevista que él estaba haciendo su trabajo en la CPC y Piñera el suyo, que eran “completamente independientes”. Decir eso en una sociedad saltona y desconfiada puede que no ayude aunque, en verdad, a Moreno no le importa. No se pierde, enreda ni complica con versiones, comentarios o supuestos. Va directo a la masa, a las tareas, que no son pocas. Y de candidatos no habla. En la CPC siempre han dicho que el empresariado no tiene candidato; lo que Moreno tiene es un amigo-candidato y no faltan quienes dan casi por hecho que en eventual segundo gobierno piñerista, volverá a ser ministro. Por el momento, el dirigente trabaja en “las cosas que podemos cambiar” e invita al empresariado a adecuarse a la sociedad actual.

¿La voz de la gente?

 -Al asumir priorizó como desafío el reconstruir confianzas, mejorar imagen, que la gente volviera a confiar en los empresarios. A siete meses, ¿ha funcionado?

-Hemos logrado bastante para un periodo tan breve. Las encuestas muestran un avance en la imagen. Adimark, Cep, varias… nosotros además tenemos las nuestras. Y se vieron las reacciones en la Enade (Encuentro Nacional de la Empresa, 19 octubre), por ejemplo. La gente aprecia una diferencia en cómo se expresan los empresarios. El camino es largo, queda muchísimo por delante.

-Eso es con el mundo empresarial; le pregunto por la ciudadanía frente a ustedes.

-No, yo me refiero a la relación de la gente con el mundo empresarial. La gente percibe un cambio. Estamos intentando hacer las cosas de la mejor manera posible; esto no es solo una cuestión gremial, sino de las empresas y ahí veo buena disposición.

-Usted siempre prefiere la mirada positiva. En entrevista con Mosciatti, cuando él le habló del desprestigio empresarial, contestó que el desprestigio afectaba a todos (políticos, Carabineros, Iglesia, partidos políticos, instituciones). Pero eso –mal de muchos…- no le quita presión al tema, don Alfredo.

-Por eso creo que como gremio y como empresarios tenemos que tomar la parte que nos corresponde y resolverla. Que seamos el primer grupo que logre reconectarse con una sociedad distinta, como es la de hoy, exigente, informada, y consiga cumplir las expectativas que ella tiene sobre nosotros.

-En mejorar la imagen no ayudan hechos como que Hermann von Mühlenbrock, el ex timonel de la Sofofa que aspiró a presidir la CPC, deje el mando después de cuatro años y luego se encuentren “inconsistencias contables” por $600 millones. Además, en su oficina se había detectado un supuesto espionaje, que terminó en nada.

-En todas partes puede haber diferencias de opinión respecto de cómo se contabiliza algo. Diferencias de opinión sobre cualquier cosa vamos a seguir teniendo como seres humanos. Pero estamos hablando de cosas distintas. De lo que estamos hablando acá es de cumplir la tarea que tienen las empresas respecto de sus consumidores, trabajadores, comunidad donde están insertas.

 -Los consumidores ya optaron por reírse en las redes sociales porque años después de detectada la colusión del papel higiénico y de que se estableciera el pago de una compensación de “7 lucas”, no han recibido nada.

(No dice nada).

– ¿No percibe un ambiente hostil hacia ustedes? Cuando Andrónico Luksic comenzó a usar las redes sociales para comunicarse hubo mofa.

-Tratemos de aclarar de qué estamos hablando. Yo puedo responder sobre lo empresarial, no sobre el país, no dirijo el país, sino el gremio.

– ¡Claro! Y está contento con lo avanzado.

-Sí, porque veo un cambio de rumbo, un entendimiento respecto de eso; veo unidad total, nadie dice que vamos por rumbo incorrecto. Y veo también que la gente, la sociedad, percibe eso. Puede leer la editorial de El Mercurio, la de La Tercera (domingo 22). Esos son medios de comunicación que representan a la gente.

– ¿Los dos principales diarios, el llamado “duopolio”, representa a la gente?

-Tanto como su diario.

-No es el punto, don Alfredo. En programas de prensa, debates, en las redes, la gente reclama contra los medios, especialmente contra el duopolio. Y usted me dice que representan a la gente… Me sorprende.

-Todo el mundo puede alegar respecto de todo el mundo. No tenemos una manera objetiva de juntarlos a todos y pedirles opinión. La única manera es mirar lo que dicen los medios. Y mirar las encuestas. Esas cosas muestran lo que digo: hay una distancia y desconfianza enorme con todas las instituciones, pero en el último tiempo hay un avance. Si hace una encuesta hoy sobre confianza empresarial le va a salir que es mala, aunque mejor que meses atrás.

“Sin política, no funciona”

 -Usted ha dicho que existe cierto “facilismo” en la manera de hacer política, que ahí está la causa de nuestros problemas, y que las encuestas forman parte de ese “facilismo”. Sin embargo, en esta conversación ha mencionado a las encuestas varias veces.

-No entiendo la pregunta.

-Es comentario… La pregunta: la CEP de junio estableció que apenas el 12% de los chilenos se interesa en hablar de política con su entorno. ¿Cómo lee eso?

-La política es absolutamente esencial. No hay país que funcione si la política no anda. Y sin una buena política tampoco avanzará la parte empresarial. No se puede pensar en una economía que opere bien si, por otro lado, la política es un desastre. Tenemos muchos problemas en esto. Si hay un grupo que cuenta con menos confianza son precisamente los políticos y sus instituciones, partido y Congreso. Ese conjunto es vital. Fundamental que tengamos buenos diputados, senadores, partidos, presidente y gobierno. No podemos pensar que lo único para hacer es criticar. Debemos colaborar para revalorizarla, para que los mejores quieran entrar, para que les interese a los jóvenes. De otra manera, y la experiencia de los países que han dicho “los políticos son sucios, malos, tramposos y no me meto porque me voy a ensuciar”, es que queda en manos de otros y que no están los mejores, los más honestos ni idóneos, y los países terminan mal.

-Acá, además, estamos llenos de incumbentes.

-También es un problema. Se creó una ley que pretendía disminuir los gastos de campaña, pero que, como otra cara de la moneda, da a los incumbentes una ventaja impresionante. Una persona nueva que quiere ingresar enfrenta muchos problemas para darse a conocer, la campaña es corta, se puede gastar poco. Más que lo específico, creo si nosotros debemos trabajar por una mejor relación con la sociedad, esto es aún más cierto respecto a los políticos.

– ¿Cuáles han sido los avances este año?

-Se han hecho algunas leyes y reglamentos que apuntan a mayor transparencia, a mayor responsabilidad respecto de los trabajos por hacer; por el momento son normas, la relación tiene que recomponerse entre ciudadanía y política. Eso se hace con más acción, requiere tiempo.

-Estos días hemos visto giros fuertes. En la franja, el candidato Piñera se “acercó” a Patricio Aylwin, a la cercanía y amistad familiar; mencionó al Padre Hurtado y dijo que la economía y las personas son importantes, marcando un matiz con su discurso inicial. Por otro lado, la Nueva Mayoría ha buscado compromisos de apoyo recíproco en segunda  vuelta, aunque anden a canillazos… 

-Que un candidato tenga un mensaje u otro me parece más que razonable; que hagan acuerdos o no, si al final habrá segunda vuelta y las personas van a votar por dos candidatos, no habla de buena o mala política. El punto no es la pelea antes de la elección, sino que una vez elegidos puedan cumplir el programa. Y que sea posible llegar a acuerdos en asuntos en que podamos coincidir y que sean beneficiosas para todos. Que se hagan las cosas con probidad.

-Pero a tres semanas de las elecciones no conocemos los programas completos. Ni se han debatido.

-Es importante el programa y que existan reglas y tiempo para que los candidatos puedan explicar a la gente lo que realmente pretenden hacer. Es parte de una buena política. Pero los debates en este corto periodo no van a reemplazar el largo tiempo en que la relación ciudadanos y partidos ha sido muy lejana. Nosotros intentamos encuentros con candidatos para discutir temas esenciales. Hicimos uno para ver cómo vamos a enfrentar el inmenso y acelerado cambio que tiene la tecnología y que va a modificar la vida de todos y puede acabar con muchos trabajos. Afuera se está pensando en eso… Vinieron algunos.

– ¿Con qué sensación quedó? ¿Buena preparación, poca o improvisación?

-En general para esto tenemos poca preparación. No tenemos conciencia real del cambio gigante al que nos vamos a exponer en todos los rubros. Estamos más preocupados de problemas entre nosotros; asuntos relacionados con el pasado, no con el futuro.

– ¿Nos quedamos pegados?

-Uno escucha algunos programas que parecen repetición de los años ´60 o ´70. Estatizar empresas, convertir servicios públicos en estatales, cuando lo que va a suceder es que van a ser transformados de tal forma que simplemente serán reemplazados. Según un estudio de McKinsey, en pocos años el 50% de las empresas enfrentarán riesgo de desaparecer. Mientras, discutimos cómo nos repartimos determinadas actividades. Lo que debemos hacer es crear nuevas compañías para que la gente tenga trabajo y bienestar.

Al rescate de Bachelet

Como presidente de la CPC, Moreno no apoya potenciar el Pilar Solidario de pensiones, ni que el 5% adicional sea administrado por una institución estatal. Y no cree que este sea el momento para discutir el tema. Tampoco la reforma tributaria ni la laboral que, dice, se hizo mirando para atrás, “hacia los ´50”. Y cuando le han pedido calificar el gobierno de Michelle Bachelet, ha puesto “mala nota… bajo 4…  O sea, reprueba”. Aun así, le reconoce algo:

“Lo dije en Enade. Hemos avanzado en materia de probidad. Todo lo que ha hecho la Comisión Engel. Uno podrá discutir si la norma debió ser un poco más para acá o para allá, pero no hay ninguna duda de que este año, con este Gobierno y este Congreso, se han establecido reglas muchísimo más estrictas; eso incluye la Ley de Transparencia, la Ley de lobby y varias otras. De seguro el día de mañana encontrarán asuntos que se pueden mejorar, pero en lo referido a legislación, Chile ha hecho un avance importante. No existe ningún otro país en Latino América que tenga normas de esta magnitud”.

Agrega:

“Había una demanda de la sociedad respecto a esto y creo que se hizo un gran trabajo. Fue una demostración más de que se pueden hacer cosas en conjunto. La Comisión Engel tenía gente de todos colores”.

– ¿Qué otro rescate hace del mandato bacheletista?

-Esto no es opinión CPC, sino algo personal. Hay ciertos temas que, al ponerlos sobre la mesa, han hecho que todos tengamos que pensar sobre ellos y buscar la mejor manera para avanzar. Como la inclusión de la mujer en el mundo del trabajo –aunque no me gustan las cuotas-, pero Chile tiene eso en deuda. Debe haber más mujeres y en puestos e mayor responsabilidad.

– ¿Y otro?

-Debatir sobre aborto, matrimonio homosexual, adopción. Son temas que por cuestiones culturales no se conversaban y es mejor hablarlas. Que se discutan, son legítimas.

Prueba de blancura

-Cuando habla de “buena política”, menciona el hacer cosas con probidad. Me llama la atención que hasta ahora no se haya cerrado y aclarado bien el capítulo del fideicomiso del candidato Piñera.

-No me dedico a la política, sino a los gremios. Pero le digo que, según la nueva ley, toda persona que quiera ser presidente, parlamentario o acceder a cualquier cargo de alta responsabilidad en el Estado, está sujeta a normas muy distintas a las de antes. Y al momento de asumir, debe cumplirlas. Son bastante estrictas respecto de la separación de patrimonios personales. Hay que cumplirlas. No le haré comentarios particulares.

Sin techo

Optimista como dice que deben ser los empresarios, el presidente de la CPC casi siempre ve los temas con enfoque positivo. Ha dicho, por ejemplo, que “la percepción de la desigualdad es mucho mayor que la desigualdad efectiva”. Que Chile sigue estando “entre los países menos corruptos”. Y en el plano previsional, reiteradamente ha señalado que quien trabaja siempre y se jubila a la edad indicada, recibe el 70% de su sueldo.

-Como católico, hombre de empresa y de visión positiva, ¿qué siente frente a que, en un país con PIB de US$24.700 per cápita, hoy 40 mil familias viven en campamentos? 48% más que a 2011. El 93% ha dicho que no vivieron siempre así. Y el 60% declara que llegó a eso por no poder pagar arriendo, según la Fundación Techo para Chile.

-Chile venía reduciendo fuertemente esto y es muy preocupante que ahora va subiendo… Parte de la explicación tiene que ver con los migrantes; en el norte hay ciudades que atrajeron a muchos por la actividad minera y cuando ésta decayó, quedaron ahí, con pocas posibilidades de tener vivienda. En ese trabajo el principal agente de lucha es Techo. Intentamos ver en qué medida podemos trabajar con ellos

De cara a los migrantes

-La CPC trabaja en los temas de futuro –laborales, educacionales, tecnológicos, medioambientales-, pero ¿cómo se plantean frente a los inmigrantes? Muchos no tienen dónde vivir, se hacinan, les venden contratos falsos, demandan atención de salud, y uno los ve vendiendo Super8 en la calle.

-El empresariado tiene una actitud muy positiva frente a ellos. Vienen con mucha disposición a trabajar. La ley no permite tener más del 15% en las empresas y nosotros somos partidarios de un porcentaje más alto. Los vemos como iguales a cualquier chileno… Por eso, los que trabajan tienen acceso a salud y pueden, con el tiempo, tener vivienda. Como los chilenos, no van a ser ricos, pero podrán formar su familia y su casa a lo largo del tiempo. Ahora, el Estado debe ser quien fije y modernice las políticas hacia ellos.

 

 

 

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