Política

El socrático sentido del humor

Por: Diario Concepción 26 de Marzo 2017
Fotografía: imagenPrincipal-5451.jpg

Sin Platón no tendríamos casi información sobre Sócrates, un individuo un tanto peculiar en cuanto a su propia autoestima, relación conyugal, hábitos dietéticos y cuidado personal, pero en fin, no es para andar con pelambrillos inciertos, ya que en realidad sólo un par de testigos confiables dan información directa sobre el personaje, sino para comentar su sentido del humor, un modo de buscar la verdad partiendo de la ironía, en el sentido de decir algo diferente a lo que se piensa, como su célebre declaración "sólo sé que nada sé".

A partir de allí, mediante la dialéctica, es decir un diálogo en vez de un enfrentamiento de argumentos, Sócrates inducía el parto de la idea, la mayeútica, una linda palabra de origen griego, maieuticós, la ciencia de la matrona, profesión de su mamá.

Para Sócrates la ironía era simular ignorancia ante el estudiante, quien para probar conocimiento se prestaba a un ágil interrogatorio que va, paulatinamente, separando las semillas de la paja molida y empieza a emerger la alternativa correcta. 

Los diálogos que se suscitaban tenían un atractivo para los jóvenes asistentes a la academia y eran parte del magnetismo de este personaje. En tiempos de Sócrates se podía graduar la ironía en seis tipos diferenciando aquella leve y no demasiado agresiva (klenasmos) a la del otro extremo, la más cruel con el interlocutor (sarkasmos). Esta última construida con la palabra sarcos, que significa carne, ya que parece sacarle pedazos al contendor.

Justamente ahí está la dificultad de emplear el sentido del humor, que por falta de tino es fácil confundir una cosa con otra y en vez de tocar el humor se toca el amor propio, una de las mejores maneras de perder la amistad. 

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