Fue detenida por la CNI en 1983. Su padre, exigiendo que devolvieran a sus hijos, se inmoló frente a la Catedral de Concepción. Hoy sigue en la lucha por la verdad y la memoria.
Fue detenida por la CNI en 1983. Su padre, exigiendo que devolvieran a sus hijos, se inmoló frente a la Catedral de Concepción. Hoy sigue en la lucha por la verdad y la memoria.
Maximiliano Alarcón González
maximiliano.alarcon@diarioconcepcion.cl
"¡Qué la CNI devuelva a mis hijos!", gritó un 11 de noviembre de 1983 Sebastián Acevedo Becerra, obrero chileno, en las afueras de la Catedral de Concepción. Momentos después, luego que un carabinero intentara detenerlo, procedió a encender su cuerpo rociado en bencina, corriendo envuelto en llamas hacia la Plaza Independencia ubicada frente al templo católico, donde se desplomó, muriendo horas más tarde en el hospital.
Ayer viernes se conmemoró un nuevo aniversario del hecho que remeció al país. En el mismo lugar en que Acevedo se inmoló, el ‘Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo’, se reunió para emular el grito lanzado por el obrero. Entre las personas se encontraba María Candelaria Acevedo, hija de Sebastián, quien vivió la detención a manos de la CNI junto a su hermano Galo en 1983, lo que motivó la acción del padre de familia.
– ¿Cómo usted recuerda esos días de hace 33 años?
– Una los primeros años… hoy una es un poco más reflexiva, quizás por los 33 años, pero igual sigue la pena y el dolor que una siente por haber perdido a su padre, que se haya destruido una familia. Pero en el fondo, creo que eso también nos permitió ser mucho más fuertes, seguir luchando, porque además teníamos a nuestro hermano que seguía preso. Habían otros compañeros que estaban pasando por lo mismo. El dolor lo tuvimos que cambiar por fuerza, por salir adelante y seguir contribuyendo a la lucha contra la dictadura, que fue parte de nuestra vida.
– ¿Cómo cree que Chile recuerda a su padre?
– Creo que hay gestos bastante importantes, esto es sólo una parte de lo que hacemos, es un tema de memoria, de que la gente no se olvide que en Chile se torturó, que hubo desapariciones, que se ejecutó por pensar distinto. Esto es una parte, la otra la pone la sociedad y en eso los jóvenes juegan un papel fundamental. Por ejemplo, tengo tres o cuatro tomos de tesis, en las cuales muchos jóvenes de distintas carreras universitarias, han hecho sus tesis en función de lo que hizo Sebastián Acevedo. Eso para mí es importante porque ayuda a la memoria de este país y a que Sebastián Acevedo nunca muera aunque en cuerpo no esté presente.
– ¿Siente que en el país aún falta trabajo en la preservación de la memoria?
– Creo que es un paso que recién estamos dando. Es un trabajo bastante largo y complicado, porque además nuestra gente se está muriendo y con eso se llevan todos sus recuerdos y vivencias. Queremos hacer un trabajo con eso, yo soy parte de la corporación donde estamos trabajando lo del Museo de la Memoria, pero eso es una parte de lo mucho que se puede hacer en tema de memoria. Hay cantidades de organizaciones que hacen un trabajo en esto y un día podemos confluir en algo más grande.
– Ustedes señalan que todavía hay impunidad.
– Por supuesto que sí, el hecho de que hoy no se juzgue a (muchos de) los responsables de las violaciones a los Derechos Humanos es impunidad. Vamos a seguir trabajando por que se pueda revertir.
– ¿Usted está de acuerdo con que se levante el secreto del informe Valech?
– Claro que sí, pero eso es una mera cosa legal, a mí nadie me pone una mordaza para que no diga quiénes fueron mis torturadores. No podemos ser tan legalistas, si a mí me preguntan, quizás en algunos casos no puedo decir porque en la tortura estuvimos con venda en la vista, pero hay documentación donde aparecen los agentes que fueron parte de nuestra detención.
– ¿La tortura es algo que sigue presente cree usted?
– La tortura, de donde la mires, ha existido antes, hoy y también va a seguir existiendo. El tema es buscar los mecanismos para que ese tipo de acciones no se repitan, tenemos que hacer cambios estructurales y culturales, porque permitimos por omisión que en Chile se torture, no solamente a las personas que pueden ser vulneradas, sino que a toda la sociedad. El hecho de que no tengas vivienda, el que pases hambre, los sueldos indignos, son formas de tortura, no sólo la física. En los regimientos, en las comisarías, en las cárceles, también existe el apremio o la tortura.
– ¿Qué le parece que todavía exista el penal Punta Peuco?
– Es impresentable. Cuando me detuvieron no me llevaron a ningún lugar que tuviera televisión por cable, al contrario, mientras peores las condiciones era mejor para ellos. Deberían cumplir condena en las cárceles donde van todos los delincuentes en este país.
– Algunos hablan de indulto.
– No, jamás debería indultarse a alguien que haya violado los Derechos Humanos.