Dr. Ricardo Barra
Director Centro EULA
Facultad de Ciencias Ambientales, UdeC

La académica de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UdeC, Dra. Mariela Yévenes, presentó los resultados finales de su proyecto de monitoreo participativo de la calidad del agua del sector Puahún-Boca Itata, ubicado en la desembocadura del río Itata, en la región de Ñuble.

Los vecinos no tenían acceso al agua potable, y se abastecían desde camiones aljibe. Sin embargo, lograron constituir un comité de agua potable rural, y tomar su abastecimiento desde un estero vecino a la localidad, es decir, desde aguas superficiales. El desafío fue montar un sistema de monitoreo con la comunidad, construir las capacidades para que la misma comunidad, responsable del manejo y distribución del sistema de agua potable rural, pudiese realizar los controles en forma autónoma.

Después de dos años de intenso trabajo, financiado por la agencia de investigación y desarrollo ANID, los vecinos de Puahún y Boca Itata pueden contar con un sistema de monitoreo y control de la calidad del agua que beben, lo que significa un enorme logro y también un tremendo orgullo para la comunidad que, a través de la colaboración con el estado y la universidad, alcanzaron un suministro permanente de agua y el también hacerse responsable del control de su calidad.

La ciencia ciudadana, participativa y colaborativa es una tendencia que llegó para quedarse y que apunta el corazón de las políticas que las universidades tienen para vincularse con las comunidades. Los mensajes de agradecimiento al trabajo realizado por Mariela y su equipo, por parte de los representantes de la comunidad y del estado, es un hecho que nos llena de orgullo: demuestra que la ciencia cuando sale de los laboratorios y llega a los territorios, puede ayudar a cambiar la vida de las personas.

Iniciativas como esta debieran ser replicadas en toda nuestra región, la triada virtuosa entre la ciencia, las comunidades y el estado indica —y este ejemplo lo demuestra— que cuando hay un sólido soporte científico, más la construcción de las confianzas con la comunidad y el estado, se puede llegar muy lejos con el trabajo colaborativo.

En este caso, se deja instalado un sistema de control de la calidad del agua, que le permite a la comunidad tomar decisiones cuando ocurren eventos como, por ejemplo, lluvias muy intensas que provocan turbiedad en el agua, cuyo seguimiento queda hoy en manos de la comunidad.

Para la Facultad y Centro EULA UdeC es una afirmación de lo necesario que es este vínculo con las comunidades. Nuestros colegas aprendieron de la comunidad, de cómo esta se va adaptando a los nuevos escenarios de incertidumbre, y eso nos ayuda a mejorar nuestras aproximaciones experimentales, en una verdadera co-construcción del conocimiento. Estas iniciativas son fundamentales para las futuras estrategias de recursos hídricos que se comienzan a construir en nuestras regiones y esperamos que se puedan replicar.