
Yhony Camus
Gestor Cultural
El festival REC se ha consolidado como el evento cultural más emocionante y esperado de la región del Biobío. Este año, con una cartelera excepcional, no solo celebra la creatividad y el talento, sino que también pone a nuestra región en el mapa cultural del país. Es una razón de orgullo para los que habitamos el Gran Concepción y una oportunidad para atraer turistas y disfrutar de espectáculos de calidad única.
Hablemos de cifras: el Gobierno Regional ha garantizado 7.200 millones de pesos para las ediciones 2023, 2024 y 2025 del festival. Esta inversión es increíble y sin duda cubre los gastos necesarios para llevar a cabo un evento de tal magnitud. Sin embargo, como gestor cultural en una comuna pequeña, me gustaría plantear una reflexión: ¿qué pasaría si ese esfuerzo se extendiera a toda la región?
Si dividimos ese presupuesto entre las 33 comunas del Biobío, cada una recibiría aproximadamente 218 millones de pesos para su programación cultural anual. ¡Imaginen las posibilidades! Cada comuna podría desarrollar una variedad de actividades culturales, ofreciendo propuestas que reflejen su identidad y patrimonio, y creando un ambiente cultural vibrante durante todo el año. Además, se aumentaría la empleabilidad de artistas y gestores en toda la región, fortaleciendo productoras locales con sus propias fichas técnicas con audiencias de más de 700 mil personas en todas las 33 comunas.
Aunque el REC es un evento central y muy importante, no debemos olvidar que su impacto tiende a concentrarse en Concepción. Es fundamental que la cultura no se limite a la capital regional, y que cada rincón del Biobío tenga acceso a eventos y programas culturales regulares.
Por eso, propongo que, al igual que con las grandes inversiones en mejoras del Estado, se establezca un fondo espejo basado en la inversión del REC. Este fondo podría dividirse equitativamente entre todas las comunas, sin necesidad de concursos ni sorteos: simplemente, permitiría a las comunas presentar propuestas de programación cultural en diversas áreas. De esta forma, cada comuna tendría la oportunidad de fortalecer su gestión cultural, artística y patrimonial.
La mediación artística y una programación cultural sostenida en el tiempo generan un impacto mucho más profundo que las actividades puntuales. Invertir en una oferta cultural estable y descentralizada no solo enriquecería la identidad de cada comuna, sino que también promovería un desarrollo más inclusivo y equitativo en toda la región del Biobío.
Este es un llamado a la acción: es el momento de repensar cómo distribuimos los recursos culturales y de apostar por un modelo más justo. Hago un llamado al gobernador actual y a los consejeros regionales para que apoyen esta iniciativa. ¡Hagamos que la cultura llegue a todos los rincones de nuestra hermosa región y que el festival REC inspire una nueva era de creatividad y conexión cultural en el Biobío!