La mejor manera para que los niños entiendan a ser responsables financieramente es empezar con prácticas concretas.
Dra. Silvia Martínez Gorricho
Académica Facea UCSC
En Chile, el 30% de los jóvenes del país declaran estar altamente endeudados. La educación financiera provee los conocimientos básicos y las herramientas necesarias para el manejo responsable del dinero que nos ayudan a evitar situaciones de endeudamiento a futuro por desconocimiento. Por ello es que es esencial su enseñanza precoz en el hogar, desde la infancia, ya que les ayuda a los niños a desarrollar habilidades tan valiosas como la paciencia, el esfuerzo, la planificación y la constancia. Asimismo, es importante que los padres enseñen con el ejemplo, adoptando hábitos de ahorro saludables en lugar de compras impulsivas.
Una vez que los niños comprenden que el dinero es limitado, se debe estimular su ahorro. La mejor manera para que los niños entiendan a ser responsables financieramente es empezar con prácticas concretas, incentivando la cultura del ahorro: proponerse un objetivo específico, factible y con resultados a corto plazo. Tener una meta clara les ayuda a entender que existe un bien mayor por el que deben ahorrar su dinero.
Para estimular el ahorro, primero es importante que los padres acompañen a sus hijos en el proceso de priorización (diferenciando entre necesidades, caprichos temporales y deseos) y planificación del ahorro. Esto se puede hacer a través del regalo de una hucha y la creación de calendarios, que les ayude a elaborar un plan de ahorro, tomando decisiones sobre cuánto ahorrar en un plazo de tiempo.
Se les debe enseñar a administrar su presupuesto limitado (por ejemplo, a través del otorgamiento de una paga fija semanal), y estimular el ahorro, guardando una fracción del dinero conseguido poco a poco para conseguir el objetivo deseado. Es igualmente importante que los padres celebren con ellos el alcance de sus metas específicas, ya sea la compra de un objeto anhelado (por ejemplo, un juguete, un juego o un libro), o una meta de ahorro.
La enseñanza de la educación financiera puede ser lúdica, para atraer el interés del niño. Además del clásico Monopoly, existen aplicaciones educativas tales como Agent Piggy, Bankaroo, Life Hub, Banger o Goalsetter.
En definitiva, tener acceso a una educación financiera desde temprana edad permite a los niños desarrollar hábitos saludables y estar preparados para afrontar cualquier nuevo desafío financiero que se les presente en el futuro.