Opinión

Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

Por: Diario Concepción 22 de Marzo 2024
Fotografía: Cedida

Nicolás Díaz Carrillo
Abogado y miembro de Colectiva – Justicia en Derechos Humanos

El 21 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, proclamado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1966 con ocasión de la matanza, a manos de la policía, de 69 personas que se manifestaban pacíficamente contra el Apartheid en Sudáfrica.

La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (ratificada por Chile) define la discriminación racial como toda aquella “distinción, exclusión, restricción o preferencia” cuyo motivo es la “raza, color, linaje u origen nacional o étnico” y que tiene por objeto o resultado “anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales” en diversas esferas de la vida pública. Se suele pensar que una definición como esta refiere a realidades sociales lejanas. EE.UU, la misma Sudáfrica, o países europeos con alta tasa de población migrante del continente africano y países árabes. Sin embargo, es una realidad cultural presente en todo el mundo, la que puede configurarse cada vez que cierta diversidad humana contrasta con la identidad hegemónica de un determinado país o región.

En Chile, el racismo y la estigmatización han sido estimuladas con la mayor notoriedad del crimen organizado, vinculándose abiertamente con la creciente población migrante de países americanos con mayor población afrodescendiente: Haití, Venezuela o Colombia. Aún más, el racismo fue derechamente una política estatal contra los pueblos indígenas en la construcción de la identidad nacional en el siglo XIX. Y en el caso de éstos últimos, nos enfrentamos a una recurrente violencia discursiva contra sus derechos, todo tras la inédita inclusión, visibilidad y representación política alcanzada en los pasados procesos constituyentes.

Chile es un país al que le cuesta mucho aceptar la diversidad nacional o étnica o asumir la propia. Cuando existen insinuaciones de esa conciencia, suelen derivar de ensalzar algún mérito o proeza deportiva o de otra índole. La migración y la autoidentificación indígena implican desafíos de interculturalidad e integración social mayúsculos en las décadas que vienen.

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