Dra. Silvia Martínez G.
Académica de FACEA UCSC

La revolución digital ha remodelado los mercados y aumentado la desigualdad de renta, especialmente, en el tramo superior de la distribución. La relación empírica entre la automatización y la desigualdad salarial es analizada por (Hidalgo-Pérez y Molinari, 2022), al determinar el efecto clave de la automatización en la oferta laboral y la composición del empleo.

El cambio tecnológico crea una ventaja comparativa para las habilidades complementarias a la tecnología (ej. cognitivas) frente a las habilidades que se sustituyen (ej. rutinarias) y la existencia de una relación positiva entre la complejidad de las tareas y el crecimiento de los salarios. Durante la década de los noventa en Estados Unidos, la ocupación y los salarios en empleos rutinarios disminuyeron en relación con las ocupaciones tecnológicamente neutrales, esto es, empleos basados en tareas y habilidades manuales que no pueden ser reemplazadas por máquinas,

Como consecuencia de la sustitución tecnológica, se perdieron trabajos rutinarios, conllevando una migración de mano de obra en función de las habilidades. Los trabajadores rutinarios más cualificados migraron hacia ocupaciones complementarias a la tecnología y mejor pagadas (migración ascendente), mientras que los trabajadores rutinarios menos cualificados migraron hacia ocupaciones manuales y peor remuneradas (migración descendente).

La mayor homogeneidad de los trabajadores rutinarios sobrevivientes, en términos de habilidades, conllevó una distribución de salarios más equitativa en el tramo inferior de la distribución salarial. Como respuesta a la mejor remuneración de las tareas cognitivas complementarias, el grupo de trabajadores que realizaban dichas tareas se volvió más grande y heterogéneo. Al tener estos trabajadores rutinarios menores habilidades que el menos hábil en el grupo de los cognitivos, su productividad era menor, incitando una mayor desigualdad de sueldos en el tramo superior de la distribución.

La mejora de las habilidades de los trabajadores a través del acceso a la alfabetización digital y el apoyo al reciclaje formativo son el mayor desafío en este proceso de ajuste del empleo. La formación continua y plataformas de aprendizaje online son cruciales para complementar la formación tradicional. La reducción de la brecha de género en las áreas tecnológicas es otro reto importante. Ya que, a pesar del auge en la demanda de estas profesiones, la baja participación femenina en las carreras STEM (25%) se traduce en una participación femenina de tan sólo un 34% en la fuerza laboral de las grandes empresas tecnológicas (Zippia, 2022).