Alejandra Acuña
Directora de la Escuela de Informática Duoc UC.
La ciberseguridad tiene como objetivo principal proteger datos e información, garantizando su integridad y privacidad mientras reduce el riesgo de acciones maliciosas. Además, evita influencias coercitivas en nuestras decisiones y contribuye a la confiabilidad de los sistemas digitales. En una sociedad cada vez más dependiente de lo digital, es crucial generar confianza y control para un desarrollo seguro y sostenible.
Cuando la delincuencia se propaga y los delincuentes toman el control del espacio público, nuestras actividades cotidianas se ven gravemente obstaculizadas. Es por eso que, se establecen y mantienen normas y leyes, se instituye un sistema judicial, se forma una fuerza policial, y se regula el uso adecuado de la fuerza para hacer cumplir la ley.
En el mundo digital, las demandas son aún más desafiantes, ya que las posibilidades se multiplican y el impacto abarca lo local y lo global, sin hacer distinciones y de manera continua. Dentro de este contexto, es esencial abordar varias dimensiones del desarrollo, como la educación, las leyes y normativas, acuerdos internacionales, la persecución y las investigaciones forenses, la cultura, las metodologías y las herramientas.
En nuestra búsqueda constante por alcanzar lo mejor para nuestra sociedad, es natural que aprovechemos al máximo los avances tecnológicos disponibles para salvaguardar este entorno digital. Aquí es donde entra en juego la Inteligencia Artificial (IA), una tecnología emergente de gran potencia con aplicaciones variadas en todos los aspectos de la vida, y cuyas posibilidades de desarrollo aún no hemos llegado a comprender completamente. La adopción de la IA en ciberseguridad está creciendo de manera sorprendentemente rápida, a pesar de que existen desafíos éticos, legales y culturales que debemos abordar.
La IA y las técnicas de aprendizaje automático (Machine Learning) permiten una colaboración más estrecha entre humanos y máquinas, detectando vulnerabilidades y aplicando controles de ciberseguridad de manera proactiva y ágil. La IA puede anticipar actos maliciosos al identificar patrones de tráfico o comportamientos sospechosos en las redes, lo que permite tomar medidas de mitigación, validación y autenticación en tiempo real y a gran escala, superando las limitaciones de procesamiento humano en la vigilancia. Las grandes empresas tecnológicas están integrando la IA en sus arquitecturas digitales para reforzar la seguridad.
Sin embargo, debemos recordar que aún estamos en una fase de desarrollo y que hay un terreno fértil para innovaciones tecnológicas y adaptaciones personalizadas de estas soluciones a las necesidades específicas de cada negocio. En última instancia, seguimos siendo responsables de la adaptación y personalización de estas soluciones inteligentes, ya que conocemos mejor nuestra industria, nuestra cultura y nuestras prioridades. La educación sigue siendo la mejor defensa en este entorno en constante evolución. En un mundo digital cada vez más interconectado, la ciberseguridad y la Inteligencia Artificial se convierten en aliados indispensables para garantizar la seguridad y la confianza en nuestra sociedad.