Opinión

¿Una Constitución con efecto retrógrado?

Por: Diario Concepción 22 de Septiembre 2023
Fotografía: Cedida

Nicolás Diaz Carrillo
Abogado. Colectiva Justicia en Derechos Humanos

Por definición y por regla general, las normas jurídicas disponen sus efectos para el futuro. Desde los inicios del constitucionalismo moderno se procura que los proyectos constitucionales amplíen la mirada en la misma dirección, permeables a los desafíos culturales y sociales de las generaciones venideras. Y una parte esencial de lo que una Constitución consagra, su catálogo de derechos fundamentales, es concebido sobre la idea de progresividad, es decir, permitiéndose ampliar y profundizar el ejercicio y goce de aquellas facultades y prestaciones.

Nada de lo anterior obsta que la evolución del derecho constitucional respete tradiciones y continuidades institucionales. Sin embargo, aquello no es sinónimo de hacer vista gorda a las manifiestas tendencias en la sociedad, que como oleadas cada vez más fuertes, nos han llevado precisamente al momento constituyente. Las fuerzas políticas que hoy son abrumadora mayoría en el Consejo Constitucional se han apartado del camino hacia un proyecto constitucional para el futuro. En efecto, sus propuestas son remisiones ideológicas al corazón original de la Constitución de 1980, con la cual por cierto se identifican en palabra y obra. Y claro, no es de sorprenderse, pues una votación en contra en diciembre dejaría a aquél grupo sin nada que perder y en su pie inicial: nunca debió discutirse siquiera el reemplazo constitucional en Chile.

Propuestas que disimuladamente apuntan a constitucionalizar regímenes mercantiles en materia de derechos sociales o a debilitar las conquistas en derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Un desprecio por el contexto de crisis climática y por normas de protección medioambiental de mayor densidad; una visión de la infancia y la adolescencia que tuerce conceptos de derecho internacional tales como el interés superior; una lata regulación del terrorismo que evoca su histórica instrumentalización autoritaria. Si hace años el debate constituyente fue planteado como una oportunidad democrática y plural para avanzar en ciertos temas, lo que se aprecia ahora son ejemplos de lo contrario. Una mayoría homogénea y circunstancial prueba sus pulsiones retrógradas, y en subsidio, apuesta por un refrito del texto constitucional vigente.

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