RICARDO LEÓN CIFUENTES
Académico Facultad de Ingeniería UCSC
En estos días hemos conocido los pronósticos para el verano que se nos avecinan con temperaturas que bordearían los 43°C para la zona central. No cabe duda de que estas alzas en las temperaturas se deben al calentamiento global, concepto que pudiese quedar obsoleto tal como enuncio hace poco la ONU, al indicar que ya se habría superado esta etapa para entrar a la fase de “ebullición global”.
Inclusive, recientes descubrimientos geológicos en el Lago Crawford de Canadá sugieren que los cambios abruptos de las últimas décadas al medio ambiente han precipitado una nueva era geológica.
Tendremos que comenzar a acostúmbranos a los fenómenos climáticos derivados de esta nueva fase, tales como inundaciones, incendios y altas temperaturas; los que además tienen impacto en la infraestructura eléctrica y por ende en la continuidad de suministro, elemento vital para hacer frente a la contingencia que producen estos eventos climatológicos.
En términos simples, la coordinación de la respuesta frente a emergencias requiere de suministro eléctrico y comunicaciones, especialmente en zonas remotas, donde se produce la mayor afectación. Recientemente, durante los incendios del pasado verano, las altas temperaturas e incendios afectaron infraestructura crítica de transmisión.
A saber, la zona de Ñuble debió realizar desprendimiento de carga debido a altas temperaturas. Las líneas de transmisión, que alimentan el gran Concepción, se vieron rodeadas de incendios, lo mismo que las líneas de 500 kV a la altura de San Fabian en Ñuble, donde inclusive uno de sus tres circuitos debió ser desconectado debido a la afectación de humo.
A pesar de lo anterior, en el informe de expansión de transmisión, la Comisión Nacional de Energía no realizo un análisis de resiliencia frente a los incendios, situación que debiese ser corregida en el informe preliminar de septiembre para el proceso de expansión del año 2023.
Será interesante ver los resultados preliminares de dicho análisis para ver los escenarios y las propuestas que se plasmen en este informe frente a una realidad que ya no podemos ignorar.
A mayor abundancia, durante junio, el ministro Diego Pardow presentó los pilares del Proyecto de Ley de Transición Energética, proyecto que pone especial énfasis en superar las brechas deficitarias de planificación e inversión en transmisión. Dicho proyecto de Ley, que ingresó al Senado en julio reciente, contempla entre sus pilares la resiliencia ante el cambio climático.
No obstante, la tramitación del proyecto de Ley, más los tiempos de puesta en marcha no serán rápido y en el intertanto, de concretarse las predicciones para este verano, el sistema se verá sometido nuevamente a condiciones críticas que obligan a pensar en planes de contingencia en el corto plazo, así como a utilizar las herramientas de planificación actualmente disponibles, para desde ya planificar un sistema de transmisión y distribución con mayor resiliencia.