La política pública de biodiversidad permitirá inyectar recursos para la mancomunión de procesos productivos y patrimonios naturales, y dotará de más y mejores herramientas para la evaluación ambiental estratégica.
Dra. Ana Araneda
Consejera Regional
Hoy se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente. Difícil celebrar en medio de una crisis global desatada por el cambio climático y sus consecuencias: desastres naturales, brechas sociales, económicas y de confianzas. El origen del desastre se remonta a la Revolución Industrial y al uso predominante de una matriz energética basada en combustibles fósiles generadora de gases de efecto invernadero. Muchos países han virado a energías limpias, como es el caso de Bélgica, que este 29 de mayo alcanzó un hito notable: cubrir la totalidad de su demanda eléctrica con energía solar y eólica.
La Región del Biobío está impulsando ambiciosas apuestas en esa dirección. El primer paso ha sido actualizar la Estrategia Regional de Desarrollo, que busca una mejor calidad de vida de las personas mediante un desarrollo con foco en la sustentabilidad y adaptación al cambio climático. Un trabajo de ajuste liderado por el Gobierno Regional, con apoyo de Mira Biobío UdeC, en que los consejeros hemos podido aportar junto a fuerzas vivas de las provincias.
La ambiciosa Agenda Carbono Neutralidad, pionera en Chile, que este mes votaremos en el Core, permitirá: 1. Lograr una eficiente gestión en la articulación municipal; 2. Diagnosticar nuestra huella de carbono territorial para la descarbonización; 3. Implementar la política pública regional de Biodiversidad que integre bosques y cuerpos de agua a través de Ciudades Esponja; 4. Invitar al sector privado a trabajar en acuerdos de producción limpia; 5. Trabajar en infraestructura verde; y 6. Continuar fomentando la electromovilidad.
La política pública de biodiversidad permitirá inyectar recursos para la mancomunión de procesos productivos y patrimonios naturales, y dotará de más y mejores herramientas para la evaluación ambiental estratégica. La política regional para la gestión integral de residuos domiciliarios es otro desafío prioritario para decir adiós a rellenos y vertederos, fomentar la economía circular y la valorización energética para las comunidades.
Para que estas iniciativas lleguen a buen puerto se requerirá una gestión eficiente para la disponibilidad de recursos, canales de comunicación y participación de todos los actores de la Región, con la convicción de que la protección naturaleza y el medio ambiente no son un lujo, sino una urgencia de la que depende nuestra calidad de vida y supervivencia.