Opinión

Parkinson: evolución y apoyo familiar

Por: Equipo Digital 01 de Junio 2023
Fotografía: Cedida

La enfermedad de Parkinson tiene un origen desconocido. Hasta la fecha se han estudiado componentes genéticos, ambientales e incluso psicosociales. Así mismo, muchas veces hay dificultad para el diagnóstico definitivo dado los diferentes tipos de enfermedades neurodegenerativas, especialmente en las personas mayores dado los cambios fisiológicos y patológicos propios de la edad. Mayoritariamente se presenta en personas sobre los 50 años, sin embargo, hay personas más jóvenes que pueden padecerla. Requiere un diagnóstico especifico con un médico neurólogo especialista en trastornos del movimiento.

Los síntomas comienzan, en general, en un lado del cuerpo con pequeños temblores o movimientos involuntarios especialmente en los brazos o manos en reposo. En otras oportunidades es acompañado con lentitud en los movimientos llamado bradicinesia, problemas del equilibrio y/o rigidez de los músculos para realizar actividades finas como tomar utensilios de comida, abrochar botones o cordones. También, pueden aparecer movimientos involuntarios leves en la cara. Todos estos movimientos no son permanentes y se pueden intensificar o disminuir a través del día.

Para quienes son diagnosticados con esta enfermedad neurodegenerativa el primer consejo es a tener paciencia y buscar información con profesionales del área de la salud o fundaciones que tengan conocimiento científico de la enfermedad, porque es una patología compleja de diagnosticar y requiere un tiempo prolongado en establecer un tratamiento adecuado para mejorar los síntomas y signos propios de la enfermedad según cada persona en particular. Lo importante es que hay mejores pruebas diagnósticas y tratamiento más efectivos en la actualidad, pero debe ser evaluados en cada caso particular.

Cabe mencionar que esta patología está cubierta por la Garantía Explicitas en Salud (GES), estableciendo como garantía su diagnóstico, tratamiento y cuidados según su plan de salud, tanto en el sector privado como público.

Como es una enfermedad crónica que no tiene una curación definitiva. Sin embargo, puede tener una buena calidad de vida, aunque en un periodo prolongo la persona va a presentar un deterioro progresivo, dependiendo de la adherencia a su tratamiento médico, el apoyo psicológico, de terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogo, kinésicos, de enfermería y sobre todo el soporte de la familia y su entorno social.

Sin embargo, durante el transcurso de la enfermedad, el apoyo de la familia y cercanos es determinante para mantener una buena calidad de vida, tanto de la persona enferma como del cuidador familiar que está cuidando las 24 horas. Es fundamental, mantener un grupo de personas capacitadas en el cuidado para tener horarios disponibles para el descanso y distracción de la diada paciente- cuidador.

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