Por mucho tiempo fue un enigma la coloración verde de algunos pocos cometas.
Leidy Peña Contreras
Estudiante del Magíster de Astronomía UdeC
Divulgadora CATA
Los cometas son cuerpos celestes que se encuentran constituidos principalmente por roca, hielo y polvo, además poseen moléculas como el metano o el dióxido de carbono. Provienen principalmente de dos lugares distantes de nuestro Sistema Solar, como lo es el Cinturón de Kuiper y la Nube de Oort.
La gran mayoría de ellos presentan órbitas elípticas, quiere decir que cada cierto tiempo los vemos pasar, y entre los más famosos se encuentra el cometa Halley, que orbita el Sol en promedio cada 75 años, descubierto por Edmund Halley, la última vez que lo vimos fue en 1986, y se tiene previsto que para el año 2061 será su próxima visita.
Cuando se acercan al Sol sus materiales se subliman (pasan de estado sólido a estado gaseoso), desarrollando una atmósfera que envuelve su núcleo, formada por gas y polvo, denominada coma, y mientras más cerca del Sol se encuentra se generan dos colas, una de polvo y otra de gas ionizado. Se conocen más de 4.000 cometas, y algunos de ellos se han podido apreciar a simple vista, como lo fue el Hale-Bopp, un cometa muy brillante, denominado también como el Gran Cometa de 1997.
Pero de quien les quiero hablar hoy es de C/2022 E3, conocido como el cometa verde, actualmente cruza nuestros cielos, y desde mediados de enero es posible visualizarlo en el hemisferio norte, pero justo desde el día de ayer es posible comenzar a verlo en el hemisferio sur, en estas dos primeras semanas del mes de febrero. Es un cometa con un período sorprendentemente largo de 50.000 mil años, es decir, que posiblemente fue observado por los neandertales la última vez que pasó. Por mucho tiempo fue un enigma la coloración verde de algunos pocos cometas, ahora se sabe que se debe que algunas moléculas que se forman en el vacío con poco tiempo de vida como por ejemplo el dicarbono (C2), y que se encuentra en el núcleo del cometa, al estar bajo la luz ultravioleta del Sol se desintegran y producen esta luz verde en su coma.
Es de recordar que pesar que el cometa pasará relativamente cerca, a unos 42 millones de km, en Chile es preferible observarlo con prismáticos o telescopio, y los primeros días el mejor momento para visualizarlo será a medianoche, así que a disfrutar del espectáculo que no pasará hasta dentro de 50.000 años más.