Flor Weisse Novoa
Diputada UDI del Distrito 21.
Durante el año 2022 debutó la Paes, abreviación para designar, a la Prueba de Acceso a la Educación Superior, que vino a reemplazar Prueba de Transición Universitaria PTU y a su vez, a la PSU, Prueba de Selección Universitaria, que permite actualmente ingresar a algunas de las 45 universidades del Sistema de Educación Superior.
Fueron más de 275.000 los inscritos para rendir esta prueba, que se rindió durante el mes de noviembre del año pasado y que durante la semana informó los resultados de las postulaciones pertenecientes a la Admisión 2023.
Para quienes tienen cerca de ellos a uno de los postulantes a esta evaluación la situación no es fácil y que conlleva manejar las expectativas, nervios, tolerancia y la frustración.
Son muchas las lecciones que nos deja la Paes y que necesitamos abordar para avanzar en este proceso. En primer lugar, resulta interesante conocer la manera que se aborda desde el punto de vista personal y emocional, la preparación que supone destinar tiempo adicional a los que haceres académicos y la tensión que supone la preparación que puede extenderse, en algunos casos por hasta tres años.
También es interesante conocer de qué manera se han adaptado los curriculum académicos, para rendir una prueba que considera preguntas que “evalúan competencias” ya que se espera que integren habilidades y conocimientos necesarios para el éxito en la formación universitaria.
De lo anterior surge inmediatamente, la próxima interrogante. De qué manera y cómo se puede evidenciar que los establecimientos de formación universitaria están preparados, capacitados y cuentan con la infraestructura necesaria para implementar metodologías de enseñanza, que integren habilidades y conocimientos, logrando un aprendizaje basado en situaciones concretas, que permita la reflexión y que incorpore activamente el uso de tecnologías.
Otro aspecto que debe incorporarse en el análisis es la información, motivación y utilidad que revisten algunas carreras universitarias y que no resultan ser las más demandadas por los postulantes.
Sin duda, una tarea que se debe incorporar en la agenda del año 2023, es la de disminuir la brecha entre los colegios particulares y los que no lo son. En esta mirada se debe hacer un doble clic y abordar el bullying, consumo de drogas y alcohol, calidad de la infraestructura y al mismo tiempo la preparación, según el nuevo instrumento de selección.
Durante el presente proceso de postulación la oferta de los más de 2000 programas ofertados consideró un total de 151.522 vacantes lo que equivale a que 56% de las personas que rindieron la prueba fueran seleccionadas. Resulta fundamental y compromiso social, trabajar para que aquellos que no fueron seleccionados en esta oportunidad, puedan hacerlo en el futuro. Sólo de esa manera, podremos decir que el sistema de acceso es justo y equitativo.
Como se logra apreciar la tarea es desafiante y esperamos que estas materias sean consideradas para que el próximo año podamos ver que son más los alumnos y alumnas que ingresan a la educación superior.