Opinión

Mujer y ruralidad

Por: Diario Concepción 18 de Enero 2023
Fotografía: Raphael Sierra P.

ANA ALBORNOZ CUEVAS

Alcaldesa de Santa Juana

 

Educación, cultura, respeto y referentes, elementos esenciales para construir pilares sociales que apunten a formar sociedades más justas, solidarias, participativas y con sentido democrático. Un conjunto de acciones que juntas, parecen resolver fácilmente las problemáticas de la sociedad moderna, donde el valor por el individuo es cada vez mayor, sobre todo en las grandes urbes del mundo, capitales culturales que influyen en los constructos sociales de todos los territorios.

En los sectores rurales, estos conceptos no son materia de discusión, aún el trabajo es la base para sobrevivir y la vida constituye una lucha constante contra los elementos de la naturaleza, el calor, el frío, las lluvias y las sequías no corresponden a un dato noticioso de cambio climático, sino una realidad que afrontar, con una dedicación tal que la educación, la cultura, el respeto y los referentes no existen, no importan, no sirven, ni siquiera en los pocos tiempos de ocio, pues en esos preciados ratos de descanso, el vino se instaló como el placebo ante la vida.

Desde ahí, el mal histórico, el alcoholismo, la ignorancia plena y el rencor por la pesada vida se transforma en violencia doméstica, donde es la mujer quien paga no solo en maltrato físico, sino en llevarse la carga de sacar adelante a hijos, hijas, madres y abuelas, de cuidar, de vigilar, siendo descuidada e ignorada por un sistema que siendo en origen patriarcal, la relega a un tercer plano donde los avances en materia de género de la academia y de grupos dedicados a los temas de género no llegan y no les interesa llegar.

Desde ahí, siendo una mujer nacida en la ruralidad y consciente de estas lamentables realidades, decidí enfrentarlas dentro de mi dimensión política y profesional como abogada y como la primera alcaldesa de Santa Juana, donde tras un trabajo de años logramos instalar como pilar fundamental la equidad de género y el cuidado de nuestras mujeres, en especial las que hoy habitan los territorios más lejanos. Creamos la primera Oficina de la Mujer y Equidad de Género en la comuna, con personal capacitado compuesto por profesionales dedicadas al tema de género.

Un hito histórico que además marca nuestra administración y nos diferencia sustancialmente a las anteriores no sólo en lo político sino en lo central, que es crear un accionar público y territorial que no sólo atienda requerimientos en materia de violencia, sino que entregue herramientas certeras para promover la solidaridad entre género, la sororidad, el autocuidado y el posicionamiento de nuestras mujeres dentro de la estructura económica y productiva de nuestra comuna. Lo anterior presenta otros desafíos que tienen que ver con irradiar estas acciones y que sean coherentes con las realidades de nuestras mujeres, que les haga sentido y les sea útil a sus propias vidas y en su desarrollo. Junto a ello es necesario que el gobierno, la academia y los grupos organizados en temas de género, vivan y conozcan las realidades de los territorios rurales, para que el resultado de sus políticas públicas o desarrollo de conocimiento sean cercanas y atingentes a las realidades y no a las subjetividades.

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