Opinión

A dos meses de la meta

Solo cabe reflexionar, informarse, preguntar y estudiar de cara al próximo plebiscito en este histórico proceso constituyente.

Por: Diario Concepción 15 de Mayo 2022
Fotografía: Cedida

Amaya Álvez Marín

Convencional constituyente Distrito 20

A dos meses de cumplirse el plazo para la redacción de una nueva Constitución en Chile surge espontánea una frase común: ¡Cómo vuela el tiempo!

Sí, vuela, porque está próximo a concluir el período en que los 154 miembros de la Convención Constituyente deben entregar al Presidente de la República el borrador de la nueva Carta, la que la ciudadanía deberá aprobar o rechazar en el Plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre.

Un rápido vuelo de este tiempo nos recuerda que cuando se promulgó en diciembre de 2019 la reforma constitucional que permitiría redactar una nueva Constitución, y que dejaría atrás los últimos vestigios de la dictadura, los chilenos pasaron del asombro al encantamiento, casi al mismo tiempo.

En todas las mentes pesaban las imágenes del estallido social, que mostró las fracturas sociales acalladas por décadas y lo lejos que estamos de estándares de derechos humanos en la convivencia democrática. ¿Es posible canalizar ese descontento por vías institucionales? Para ello fuimos convocados el 25 de octubre de 2020 a decidir sobre escribir una Constitución por y para todos los chilenos.

Luego hubo que elegir a los 155 constituyentes que la redactarían, rostros nuevos en la escena política y, mejor aún, mujeres y hombres de diferentes actividades que aportaron un soplo de aire fresco al panorama nacional.

El 4 de julio de 2021 comenzó el trabajo, día en que pudimos haber dicho “como no tenemos nada, tenemos que hacerlo todo”, porque no sabíamos lo que se necesitaba técnica, humana y materialmente hablando para escribir una nueva Constitución, porque nunca antes se había hecho de este modo.

El resto es historia conocida.

A dos meses del fin de tan gigantesca tarea, el país se enfrenta a dos opciones: aprobar o rechazar el fruto de un trabajo disciplinado, programado y revisado hasta el agotamiento, a pesar de la campaña de desprestigio constante por parte de aquellos que tienen tiempo de sobra para criticar a sus pares, con un solo propósito: mantener el statu quo.

Así y todo estamos llegando a la meta. En los dos meses siguientes, un grupo escribirá el preámbulo, se definirán las normas transitorias para el “enganche” entre una y otra carta, y una tercera comisión habrá trabajado en la armonización total del contenido presente en el borrador.

Ante la próxima definición, el apruebo es la continuidad lógica de todo el proceso, porque el rechazo es un gran paso atrás y, por lo mismo, inimaginable para el futuro político y social del país.

Solo cabe reflexionar, informarse, preguntar y estudiar, de cara al próximo plebiscito en este histórico proceso constituyente.

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