Opinión

Conmemoraciones y refundaciones

En nuestro país, cada vez es común añadir efemérides y “conmemorarlas” en un evento de alegría en algunos casos, o de convertir las ciudades en fogatas en otros casos.

Por: Diario Concepción 13 de Noviembre 2021
Fotografía: Programa Estudios Europeos

Sergio Sepúlveda S. 
Magíster en Historia y programa de Estudios Europeos UdeC

En nuestro país, cada vez es común añadir efemérides y “conmemorarlas” en un evento de alegría en algunos casos, o de convertir las ciudades en fogatas en otros casos.

Dentro de ese ánimo de “conmemorar”, algunos hacen analogía que el proceso de “refundación” de nuestro país se asemeja a la Revolución Francesa de 1789, en que justifican la violencia como medio de acción política, sin embargo olvidan que ese proceso mandó a la guillotina a varios de sus próceres y ese frenesí terminó con el 18 de brumario (9 de noviembre de 1799), en que Napoleón, con un Golpe de Estado pone fin al débil gobierno del Directorio y a los años se corona Emperador con las consecuencias conocidas.

La historia nos permite conocer el pasado y sacar lecciones de ello, como también interpretar y comprender (pero algunos en afán orwelliano llaman mentirosos a quienes dicen lo que no les parece), por lo que en situaciones de transformaciones, cuando los vientos de cambio no son bien encausados, se terminan diluyendo y caen las expectativas, generando las reacciones “adversas”.

Hobbes en el Leviatán explica que en las personas hay competencia por lo que existe la guerra perpetua de todos contra todos en ese estado de naturaleza primitivo y para poner fin a aquello, se entrega la voluntad a un tercero que termina siendo ese gran ente llamado Estado, situación que terminó dando sustento al absolutismo real, lo cual parece ser lejano en el tiempo; pero con las conductas de algunos órganos al alejarse de su mandato, no estamos lejos de terminar sirviendo como sociedad a ese Estado omnipotente, con las amenazas a nuestras libertades recordando a Orwell en “1984” cuando el Gran Hermano crea el día del odio, el ministerio del amor o la policía del pensamiento.

Ejemplo de lo anterior tenemos en la Constitución Alemana de 1919, que si bien sentó bases del constitucionalismo moderno, la inestabilidad como la fragmentación y la polarización política termino convirtiendo al Reich alemán en un estado totalitario, siendo las libertades una cosa de papel. Otros cambios que generaron expectativas pero se diluyeron, lo tenemos en Francia cuando el mayo del 68 genero un clima de “apertura”, pero la derecha retuvo el poder de la mano de Pompidou entre otros.

Entonces, los cambios deben ser encausados sin que sus elites sean unos meros reemplazos de las viejas elites defenestradas y asuman las malas costumbres; de lo contrario la sociedad no seguirá comprometida con ello, mas si se buscan hacer “refundaciones”, porque la historia y los hechos no mienten.

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