Opinión

Con el acento en la cadena de valor

Por: Diario Concepción 08 de Enero 2020
Fotografía: Cedida

Renato Segura
CERREGIONAL

Recién iniciado el año 2020 el diputado Frank Sauerbaum, en sesión de la Cámara, solicitó oficiar al Ministerio de Hacienda para estudiar la propuesta de nuestro Centro de Estudios de instalar en la región de Ñuble, una zona franca agroindustrial de exportación.

Dicha propuesta considera atraer inversiones para el procesamiento de los productos agrícolas de la macro zona sur agrícola del país (incluido la Provincia de Neuquén, Argentina), utilizando la infraestructura portuaria y aérea de la Región del Bío Bío para despachar los productos al mundo.

Al igual que la lógica de las zonas extremas del país, las regiones de Chile con mayores rezagos en su potencial productivo, designadas como Zonas de Rezago Extremo, se beneficien de políticas públicas especiales que otorguen incentivos fiscales a residentes y empresas de esas zonas para fomentar la inversión y la creación de empleos.

En orden de magnitud, Chile gasta un millar de millones de dólares en fomento productivo. La política ha buscado estimular el desarrollo de la micro, pequeña y mediana empresa. Sin embargo, a pesar del esfuerzo desplegado, la actividad productiva relevante sigue siendo liderada por un pequeño número de grandes empresas. Los datos de Ministerio de Economía, revelan que las empresas que se crean con mayor recurrencia, son de tamaño micro, con una escala insuficiente para afectar los indicadores Macro territoriales. Las pequeñas y medianas empresas, por su parte, muestra un bajísimo nivel de crecimiento en su escala de producción, lo que impide su capacidad para disputar mercados a los grandes grupos empresariales.

Es por ello que CERREGIONAL propone que la política pública cambie la lógica de incentivos a la pyme, por incentivos a la cadena de valor. Bajo esta lógica, la especialización territorial y el trabajo en red pasa a sostener el desarrollo empresarial. El territorio de Ñuble tiene una marcada vocación agrícola. El mundo demanda alimentos de calidad, con sistemas de producción sustentable. La macro zona sur de Chile (incluido el territorio argentino limítrofe) tienen la capacidad para abastecer de materias primas a una industria agroalimentaria de exportación; la Región del Bío Bío tiene la plataforma logística necesaria para llevar dichos productos al mercado externo y Chile tiene una política de integración económica con el mundo, lo que le permite que sus oficinas comerciales en el exterior, puedan contribuir en atraer inversiones al sector.

Es decir, están todas las piezas de un puzle de actividad económica que se puede armar exitosamente, obteniendo como resultado una zona franca agroindustrial, instalada estratégicamente en una zona del territorio que garantiza su sostenibilidad y, de paso, contribuye a resolver el problema crónico de rezago productivo en el que se encuentra.

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