Opinión

Los incansables mirones griegos

Por: En el Tintero 23 de Diciembre 2019

Mirar las estrellas debe haber sido el primer deporte internacional del hombre, una vez que este pudo tenderse a mirar el cielo, después de una cena abusiva, ya que con hambre lo que menos se mira son las estrellas. En esta actividad, los que dejaron la marca fueron los griegos, hay 88 constelaciones oficialmente reconocidas, de acuerdo con la Unión Astronómica Internacional y la mayoría de ellas han sido documentadas desde 150 d.C., por Ptolomeo, quien extrajo información de miles de años de observaciones astronómicas.

Los griegos absorbieron la astronomía y la mitología de sus vecinos más antiguos, los mesopotámicos, los persas y los egipcios, durante el siglo VI a.C. Los mesopotámicos tenían todas sus constelaciones registradas entre 1300-1000 a.C., lo que hace que parte de la información que tenemos hoy tenga más de 3.000 años.

Las fuentes más antiguas para la astrología griega se pueden encontrar en el siglo VIII a. C. historias épicas de Homero y Hesíodo, que mencionan constelaciones, como Orión, grupos de dos estrellas, como las Pléyades y estrellas solitarias, como Sirio. No fue hasta más tarde que Eratóstenes, un académico griego con sede en la Biblioteca de Alejandría, creó el canon de los mitos astrales más comúnmente reconocidos hoy, y sin duda algunos de sus cuentos se originaron en cielos mucho más antiguos.

Prácticos por antonomasia, las estrellas ayudaron en la navegación, y el seguimiento del tiempo, pero inevitablemente el llamado de la imaginación, como todavía, ha llenado a las estrellas de significados, buenas y malas estrellas, polvo de estrellas, formas que reflejan dioses y legendas, puede que hasta futuras residencias. No tenemos arreglo.

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