Opinión

El misterioso olor de la Luna

Por: En el Tintero 20 de Julio 2019
Fotografía: Referencial

El 20 de julio de 1969 ha sido propuesto como la fecha más significativa en la historia de nuestra especie, el día en el cual un ser terrestre escapaba por primera vez de su zona de reclusión en el planeta, el hombre como una especie cuya evolución le permitió enfrentar el desafío de explorar el más letal de los ambientes, el espacio exterior y a los norteamericanos, sacarse la humillación de haber sido vencidos por la Unión Soviética al lanzar, el 4 de octubre de 1957 el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik.

A partir de la llegada del hombre a la Luna, hay bibliotecas completas documentando esta aventura y los consabidos ríos de tinta para hacerse cargo de su trascendencia y complejidad, incluyendo las teorías conspirativas aduciendo que se trata de una gigantesca falsificación, sostenidas por personas con demasiado tiempo libre.

Un detalle un tanto anticlimático puede ser el olor de la Luna, después de tanto esfuerzo descubrir que nuestro satélite tiene problemas aromáticos. El polvo lunar, fino y pegajoso, impregnaba cada arruga de los trajes espaciales, de las botas o los guantes, cuando los astronautas llegaron a su cápsula y se sacaron los cascos percibieron un hedor, descrito por ellos como pólvora quemada. El piloto del Apolo 11, Buzz Aldrin, dijo que aquel polvo que ensuciaba su traje tenía una fragancia “como a carbón quemado o similar a las cenizas de una chimenea, sobre todo si derramas un poco de agua sobre ellas”.

Sin embargo, el polvo lunar -o “regolito“, su nombre científico, no tiene olor al ser examinado en la Tierra, por supuesto que hay explicaciones varias, pero la más plausible es que al haber estado seco por cuatro millones de años, un poco de humedad traída por el módulo bastó para sacar los aromas escondidos, como al regar un jardín, el célebre olor a tierra mojada de los jardineros nostálgicos. Puede haber teorías mejores, se acepta aportes en este estupendo aniversario.

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