Opinión

Ciencia, tecnología y desafíos a la ley

Por: Diario Concepción 12 de Enero 2019
Fotografía: Cedida

Felipe Harboe Bascuñán
Senador de la República

Resulta retórico afirmar que la ciencia y tecnología son los principales desafiantes del derecho, pero, en verdad, si hasta ayer la ley iba a la siga de la realidad, hoy ésta última mira con distancia lo que la vieja legislación fue capaz de regular ¿será el proceso de formación de la ley capaz de adecuarse a la realidad? Si la ciencia, tecnología y la filosofía han modificado valores, principios y reglas éticas, ¿cómo no será capaz la ley?

Las leyes plasman en un texto una visión de sociedad para adecuar una conducta social, sea obligándola, permitiéndola o prohibiéndola. Se trata de un intento por adecuar dicha conducta social y, para ello, debe adelantarse a ella, o al menos, llegar oportunamente. Tal es la vorágine de los avances tecnológicos, que nuestra ley es cada vez más carente de eficacia. Algunos verán en la falta de norma un espacio de libertad, pero el “vacío legal” puede constituir un riesgo para los derechos ciudadanos, la convivencia social y la libertad.

A diario drones viajan encima de nuestras cabezas y a pesar del intento regulatorio de la Dgac, no existen normas legales que reglamenten y sancionen adecuadamente las afectaciones a nuestra privacidad o seguridad con dichos dispositivos. Se discute y trabaja en inhibidores de drones para evitarlos en zonas estratégicas, o para bloquear “killers drones”, que con reconocimiento facial y armamento de precisión, pueden ubicar a una persona y disparar certeramente.

La impresión 3D es un enorme avance de la tecnología, que permite obtener soluciones “caseras” a demandas cotidianas: reemplazo de prótesis, partes de vehículos o artefactos domiciliarios. Pero también se ha transformado en un dolor de cabeza para las autoridades norteamericanas. Michael Crumling, un aficionado armero de Pennsylvania, presumía en una red social sus municiones caseras especiales, que tienen la virtud de no arruinar las armas de plástico. Armas manufacturadas a través de la impresión 3D. Sin registro de creación, sin número de serie, no perceptibles por los detectores de metal y desechables, debido a su rápida fundición en una parrilla casera.

Los legisladores y gobernantes debemos entender el mundo en que estamos, diseñando políticas públicas y leyes que se hagan cargo de esta realidad ¿qué sacamos con centrar los esfuerzos legales y fiscalizadores sobre armerías convencionales, si hoy cada ciudadano puede fabricar sus propias armas y municiones?

Debemos asumir esto y crear “leyes marco”, dejando a la potestad reglamentaria la dictación de “directivas especializadas” por materia, consignando definiciones científicas y tecnológicas con la flexibilidad suficiente para adecuarlas administrativamente sin reiniciar el proceso legislativo. Son los desafíos del derecho en la era de la cuarta revolución industrial.

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