Opinión

La sospechosa recta provincia

Por: Procopio 28 de Septiembre 2018

En asuntos de brujería las regiones no tienen nada que envidiar a los más variopintos aprendices metropolitanos. Tenemos sobre aquello viejos testimonios, a título de ejemplo, los legendarios juicios a los que fueron sometidos, a fines del siglo XIX, los curanderos chilotes. “La Recta Provincia”, o sea, la institución de los brujos, establecida en Chiloé desde tiempos antiquísimos. Todo anduvo bien, la agrupación era parte de la cultura y las creencias de la isla, considerada por sus efectos benéficos.

Eso hasta la llegada de los aguafiestas de siempre, en este caso el prejuicioso y miope Luis Martiniano Rodríguez, intendente de la provincia, que inicia un proceso, en Ancud, febrero de 1880, activando una inédita caza de brujos en el archipiélago. Esta represión llevó a encarcelar a más de cien lugareños, casi todos huilliches, entre marzo de ese año y marzo de 1881, fecha de la sentencia, nada más importante alteró la cotidianidad en las islas, aunque se estaban atacando costumbres del universo mágico arraigado en la cultura local.

Se enjuicia, entre tantos, a Mateo Coñuecar: “70 años, no sabe leer ni escribir; hace 30 años que se incorporó en dicha institución sirviendo primero como consejero i después como Rei de Santiago (Tenaun) oyó demandas i recibió honorarios, fue condenado a tres años de prisión”. También a Aurora Quinchem: “De 40 años, confiesa ser Reina de ‘arriba’ de la Recta Provincia; tuvo reuniones en su casa, se abstuvo de dar sentencias de muerte; condenada a 541 días de prisión”.

Parece un poco arbitrario y exagerado, pero los juicios contra personas, por motivos solo válidos para fanatismo ideológico o fundamentalismos de cualquier naturaleza, tienen un sospechoso parecido, condenas tremendas por acusaciones privadas de razón.

 

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