Opinión

Peligro latente de pisar el palito

Por: Diario Concepción 24 de Diciembre 2017

Cuando alguien cae en una trampa, ni siquiera demasiado ingeniosa, más bien por descuido, por falta de atención o por exceso de ingenuidad, se dice que ha pisado el palito. La expresión tiene rápido sentido para la gente antigua, para los niños más o menos silvestres que fuimos en aquellos tiempos cuando los chilenos éramos más pobres y menos tecnológicos.

La verdadera trampa, no la analógica, consistía en poner un cajón o algo parecido, levantado en un costado gracias al apoyo de una varilla, en el soporte se podía poner algún alimento para el pájaro o animal pequeño que se quería atrapar, cuando éste tocaba el alimento, la vara caía y el cajón, al bajar con velocidad, atrapaba al bicho incauto, que quedaba de ese modo listo para ser transformado en insumo para el próximo almuerzo.

Otras versiones eran cajas similares instaladas en los gallineros, para aprovechar la manifiesta falta de astucia de esos plumíferos, el cajón las atrapaba sin mayor alboroto, por lo cual la técnica gozaba de especial popularidad entre los ladrones de gallinas.

Eran épocas simples, con trucos burdos, los avances tecnológicos han hecho posible que los cajones o las trampas sean menos evidentes, pero en principio la técnica es igual, la presencia de un sebo, atractivo y ad hoc para el candidato a ser engañado. Atraer ingenuos o excesivamente ambiciosos con cuentos del tío de ingenioso diseño, no faltan los que pisan el palito, o creen sin más lo que les ofrecen, ocurre en casi todos los actos eleccionarios.

A veces se pierde dinero, pero todas las veces se pierde dignidad, razón por la cual es mejor no andar contando que se ha pisado el palito, pensar, con exceso de optimismo, que la experiencia servirá para otra vez.

 

PROCOPIO

 

Etiquetas