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Tensión creciente entre Londres y Moscú es la mayor en 30 años

Por: Rodrigo Escobar - La Tercera 15 de Marzo 2018
Fotografía: Contexto | La Tercera

Este jueves quedó marcado con la expulsión de 23 diplomáticos rusos de Reino Unido, luego de que Rusia no cumpliera el plazo impuesto por Londres para dar explicaciones sobre su supuesta relación con el envenenamiento de Serguei Skripal, exespía ruso en territorio británico.

Los emisarios, catalogados como “agentes de los servicios secretos encubiertos”, tienen un plazo de una semana para dejar el país, según estableció la sanción publicada por la primera ministra británica, Theresa May, quien ratificó la reacción como la más “contundente” de los últimos 30 años.

El anuncio forma parte de las medidas que adoptará el Ejecutivo británico para responder al “completo menosprecio” de Rusia “ante la gravedad” del ataque con novichok, componente químico de tipo militar que mantiene a Skripal y a su hija “en estado crítico”.

Con el apoyo de algunos países occidentales como Estados Unidos y Alemania, junto a una retórica similar a la usada durante la Guerra Fría, May apuntó al “sarcasmo, desprecio y resistencia” con que Moscú rechaza las acusaciones sobre su injerencia en el ataque.

La primera ministra también señaló la inexistencia de una explicación “creíble” —por parte del Kremlin— para aclarar los hechos que incluso motivaron que se abra una investigación para determinar eventual vinculación de Rusia con otras 14 muertes producidas en Reino Unido en los últimos años.

“El gobierno británico eligió el enfrentamiento con Rusia” afirmó —hoy mismo— el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, advirtiendo que las medidas de Moscú “no se harán esperar”. La cancillería rusa, en tanto, calificó la expulsión como “absolutamente inaceptable e indigna”.

Las mismas palabras utilizó el embajador ruso en Reino Unido, Alexander Yakovenko, quien asistió a un encuentro en la sede del Ministerio de Exteriores británico y describió las medidas anunciadas contra su país como una “provocación”.

Theresa May envió una carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, donde se argumenta que el ataque a Skripal “es una acción consistente con el modelo de agresión del Estado ruso”. Guterres, en respuesta, calificó el uso del agente nervioso tóxico como “inaceptable”.

No obstante, Guterres aseguró no estar “en posición de asignar responsabilidades”, pero condenó “enérgicamente el uso de cualquier agente nervioso o arma química y espera que se investigue el incidente a fondo”.

Como miembro permanente de la ONU —al igual que Rusia—, la delegación británica solicitó una reunión de emergencia al Consejo de Seguridad de la Organización, con el fin de informar sobre el caso de Skripal, ocurrido cerca de Londres (Salisbury) el pasado 4 de marzo.

Asimismo, Londres revocó una invitación donde se invitaba al ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, a visitar Reino Unido. Además, May suspendió toda representación británica en el próximo Mundial de fútbol en Rusia, entre junio y julio.

Para la primera ministra británica, la relación entre los dos países “no puede ser la misma”, si bien “romper todo tipo de diálogo” entre ambos países “no redunda en los intereses nacionales”.

En vista de la creciente tensión, el Consejo de Seguridad Nacional desarrollará “nuevos poderes para erradicar toda forma de actividad estatal hostil y para garantizar que aquellos que buscan perpetrar tales actividades no puedan entrar en Reino Unido“.

El Consejo pretende incrementar, por igual, los controles a ciudadanos rusos que pretendan ingresar al país y se supervisarán los visitantes que pudieran “involucrarse en actividades que amenacen la seguridad nacional”.

Por su parte, los expertos sostienen que, pese a todo, este escenario no generaría nuevas sanciones contra Moscú.

La Foreign Office advirtió a sus ciudadanos que viajen con mayor cautela dentro de territorio ruso, ante la posibilidad de toparse con manifestaciones de “sentimientos anti británicos” o “acosos”.

Congelaremos los activos del Estado ruso en cualquier parte donde encontremos evidencias de que podrían ser empleados para amenazar la vida o propiedad de nacionales o residentes en el Reino Unido”, concluyó May.

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