El Talento es Inclusivo

El talento es inclusivo: Néstor Santillán, dueño de Walking Pasta

Por: Silvanio Mariani 21 de Octubre 2018
Fotografía: Edgardo Mora C.

Bío Bío tiene muchos ejemplos de “serial entrepreneurs” –aquellos con la irresistible manía de crear negocios–, y Néstor Santillán es uno de ellos. Tuvo emprendimientos en Santiago, Concepción y Chillán. Ha vendido pan de pascua, empanadas, comida a kilo, gorros de cocinero y chaquetas de cuero para motociclistas. Hace un año y medio firmó los pies en la capital penquista, decidido a unir el concepto de producto gourmet a la comida rápida.

Así nació Walking Pasta, un restorán que ofrece pastas y salsas artesanales servidas en un cono, similar al que se usa para las conocidas papas fritas callejeras. Pero las semejanzas terminan ahí. El cono imita los colores y el padrón del típico mantel de restorán italiano, dándole “un sentido gastronómico y estético mejorado”, explica Néstor. “Esa forma hace que la pasta esté sumergida en la salsa, manteniendo la temperatura harto rato”. Las pruebas demostraron “que dura como 45 minutos con la temperatura comestible aún.

El chef –Néstor es Técnico Superior en Cocina– explica que la propuesta de comida rápida se fundamenta en los tiempos de preparación. Los alimentos que elabora deben estar en la mesa del cliente en 5 minutos. “También fabricamos chupe, ceviche, hacemos pan. Pero somos especialistas en pastas artesanales, entonces vendemos fetucchini, gnocchi, lasagna, todo con elaboración propia y con el servicio lo más rápido posible. Es comida rápida con un toque gourmet”. Los postres caseros, como sémola con leche, suspiro limeño y tiramisú, son todos de manufactura local. “No compramos la pastelería ni las masas, todo lo hacemos”, reitera el chef.

A sus 42 años, Néstor Santillán se siente feliz. La recepción de los penquistas a su propuesta ha sido positiva; le han invitado a participar del Rock En Conce en 2017 y ha llevado su cocina a la playa durante el verano. “Pero de pronto no tomamos buenas decisiones respecto a los negocios”, confiesa. “Nosotros podemos ser muy talentosos en nuestros trabajos personales, mi socio como diseñador y yo como cocinero, pero como empresarios no tenemos experiencia y ahí es donde nos hemos equivocado”.

Edgardo Mora C.

Los dos socios conocieron a cabezazos los trámites, permisos y autorizaciones necesarios para abrir un local. “En ese tipo de cosa es donde nos ha fallado el cálculo,  nos hemos encontrado con algunas sorpresas en el camino, y eso no nos ha permitido consolidarnos en un lugar”. No saberse las reglas del juego, advierte, cuesta caro.

Pero el chef emprendedor ha demostrado una gran capacidad para adaptarse a situaciones adversas. Y eso, está convencido, marca la diferencia. “Tengo secuela de una parálisis cerebral, con predominancia izquierda en las extremidades inferiores. En palabras simples, cojeo del lado izquierdo”, dice sin tapujos. Pasó por largos períodos de rehabilitación, con la fortuna de tener una familia que no lo trató “como un enfermito”, sino que al revés: “Me trataron como una persona que podía hacer lo que quisiera; nunca me pusieron limitaciones”.

Ese espíritu lo llevó a ser guía scout en la Teletón, y le tocó estar a cargo de los niños más pequeñitos: “Traté de enseñarles algunas cosas de su independencia y me he dado cuenta de que muchas veces la familia sofoca con tantos cuidados que no deja a los niños ser independientes”.

Néstor explica que jamás se sintió discriminado. De hecho, nunca ha sido un tema, siquiera. “Es que si yo me hago problema por mi problema… en realidad voy a ser un problema para el resto”.

Esa actitud de no dejarse quebrantar ha sido útil en lo personal y en los negocios. “¿Por qué tendría que pensar que voy a hacer peor que los demás? ¿Por qué soy cojo? No, poh. No sería justo tampoco”.

Con el socio Jorge -así a secas, sin apellido-, sueñan con ampliar el local y quizás abrir otros puntos de venta. Mientras, seguirá con las manos en la masa para entregar la mejor pasta casera y en el menor tiempo posible. El restorán está en Barros Arana 46, entre Serrano y Prat. De lunes a sábado de las 12 hasta las 16 horas, y de las 19 hasta las 22 horas. Los domingos, desde las 13 hasta las 17 horas.

Edgardo Mora C.

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