Poco a poco hay señales sobre un nuevo ciclo económico post-pandemia. La inflación se ve más controlada y como han sostenido desde diversos sectores políticos y privados, la finalización del proceso constituyente también se alza como una causa que se deja atrás y que da más certezas a los mercados.
La gestión pública también entra en el juego. Ahora, a nivel local, en el marco de una nueva sesión del Comité de Seguimiento de la Inversión Pública, se informó que, durante el 2023, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia (Mideso) aprobó en Resoluciones Satisfactorias $246 mil 443 millones de inversión en nuevos proyectos en la Región del Biobío.
La cifra corresponde a 267 iniciativas Fndr ingresadas durante el 2023, contabilizando proyectos presentados durante el año pasado y también los que cuentan con RATE automático.
Bajo ese contexto, el Ministerio de Desarrollo Social cumple un rol importante, principalmente, en la obtención de los RS que son la verificación que permite que se ejecute la inversión pública.
Al respecto, el seremi de Desarrollo Social en el Biobío, Hedson Díaz, explicó que “durante el año 2023, aprobamos del orden superior de $200 mil millones en RS de inversión pública y, respecto de eso, ahí somos bien tajantes en señalar que el Ministerio de Desarrollo Social es la única cartera dentro del Sistema Nacional de Inversiones que tiene fechas y plazos establecidos. Ahí hablamos de 5 días de revisión en prefactibilidad y 10 días en revisión del RATE definitivo que permite entregar el RS”.
Otro de los puntos que indicaron desde Mideso es que 25 proyectos en la Región perdieron su RS y tuvieron que postularse otra vez. Y es que la resolución tiene una durabilidad de 2 años, tras eso, las iniciativas que no son ejecutadas en ese periodo reingresan al proceso de postulación en el Ministerio. Esto una vez que tengan clara su fuente de financiamiento.
Es relevante que exista una actitud proactiva y colaboración permanente entre el mundo público y privado. Esto, con mayor razón, cuando se trata de una región altamente manufacturera y con una ventana directa a los mercados de China y Estados Unidos, cuestión que facilita mucho más gracias al perfil natural de Biobío: su amplia oferta de puertos.