Editorial

Las jerarquías de nuestras necesidades

Por: Diario Concepción 26 de Febrero 2017

Hay que darse por enterado que, como en todo, hay jerarquías en las necesidades y de cómo opera nuestra conciencia para no dejarnos nunca tranquilos. Apenas nos juntamos con algo que queríamos, aparece otra cosa que nos hace falta, con igual urgencia que la anterior, más todavía si hay interesados en avivar el fuego de nuestras apetencias, proponiéndonos adquisiciones que no habíamos imaginado. 

Quien iba a pensar que sería indispensable para ser feliz, una pantalla pequeña en la mano, llena de figuritas que presionadas con el dedo nos llevarían al mundo de Alicia en el país de las maravillas y, sin embargo, el que no se levantó suficientemente temprano puede que se quede sin el artilugio en cuestión, fuera del paraíso, un paria incomunicado y obsoleto, fuera de la autopista de las nuevas ambiciones de pronta aparición.

Si por suerte somos de familias viviendo sus realidades, sin resignación, sólo de austera dignidad, si nos ha tocado vivir en un medio que tiene definiciones claras de lo que le toca en justicia a cada uno, entonces estamos muy cerca de la felicidad. Hay días completos en los cuales tenemos la felicidad casi encima, como una buena sombra, confundiéndola con la tranquilidad, la que parece ser la prima pequeña, la chica quitada de bulla de la familia de las bienaventuranzas.

Si se entiende bien lo de las prioridades y la diferencia entra necesidades auténticas y fabricadas, se puede comprender el mensaje sibilino de frases utilizadas por mentes privilegiadas para sentir en carne propia esas sutilezas, que se nos escapan al pasar por allí de prisa, García Márquez, por ejemplo, que es más auténtico de lo que a la primera creímos, al leer sus historias de cuando era feliz e indocumentado, feliz con poco.

PROCOPIO

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