El Ministerio de Salud estima que los costos derivados del alcohol llegan a US$ 3.000 millones, cifra que supera ampliamente los beneficios. De hecho, se calcula que por cada peso que generó esta actividad, el país debe destinar 3,5 para paliar sus efectos negativos.
No se trata de un antecedente inédito, sino que de una tendencia que lamentablemente se ha agudizado, Chile presenta el mayor nivel de consumo de alcohol puro per capita en América Latina, con 9,6 litros anuales, siendo la droga más usada en el país y la que genera los mayores costos sociales, económicos y sanitarios, además de tener uno de los patrones más riesgosos a nivel mundial, especialmente en la población adolescente.
Los chilenos beben 55 gramos de alcohol por día de consumo, casi triplicando el límite de 20 gramos propuesto por la Organización Mundial de Salud (OMS) y además el uso de esta sustancia se concentra en sólo 1,6 días como promedio. Sin embargo, el mayor problema está en la población entre 15 a 24 años que en promedio beben 112 gramos de alcohol puro por día de consumo. El 43,7% de las personas que usaron alcohol en el último mes presentó consumo riesgoso, mientras que en la población escolar la cifra se eleva a 66%, esto, es 2 de cada 3 estudiantes.
Consecuentemente, Senda, el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, ha lanzado la campaña "Cuida tus límites, el alcohol te quita lo que más quieres", ya que de acuerdo a sus estudios los chilenos muestran uno de los patrones de uso más riesgoso o "binge drinking" a nivel mundial.
Se trata este último de un nuevo extranjerismo, que describe una moda en la juventud de varias partes del mundo y que consiste en ingerir grandes cantidades de alcohol, pudiendo llegar al nivel de intoxicaciones etílicas agudas, pero la idea es beber mucho en el menor tiempo posible.
Para no pocos padres esta situación pasa inadvertida, ya que las fiestas de los jóvenes son altas horas de la madrugada y suelen pasar la noche fuera de su domicilio, para quedarse en casa de amigos. Aunque perfectamente puede ser que los padres hayan optado por ignorar lo que está a la vista, esperando que se trate de un episodio aislado.
Para los especialistas, los principales riesgos se concentran a corto plazo en la pérdida de control y aumento de conducta de riesgo, que se traduce en un mayor número de accidentes de tráfico, actos violentos, embarazos no deseados, VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Sobre esta forma de ingestión abusiva de alcohol se han realizado varios estudios, como la publicación de la Escuela de medicina de Mount Sinaí, en Nueva York, donde se observa la asociación con varias patologías, desde los problemas de concentración y memoria en los cerebros adolescentes, a presión arterial alta y diabetes tipo 2, como consecuencia de hacer a las personas resistentes a la insulina.
Por su parte, el Ministerio de Salud de Chile estima que los costos derivados del alcohol llegan a US$ 3.000 millones, cifra que supera ampliamente los beneficios. De hecho, se calcula que por cada peso que generó esta actividad, el país debe destinar 3,5 para paliar sus efectos negativos.
Es utópico esperar que la juventud deje de ingerir alcohol, aunque no lo sea tanto educar para beber en forma moderada, para llegar a comprender que hay otras maneras de pasarlo bien, como muchas cosas en esta edad, gran parte de la respuesta está en la casa. No significa que por eso sea fácil, pero sin el apoyo y el modelo adecuado de los adultos, es muy difícil que estas conductas desaparezcan. Es posible que el tiempo las corrija, pero para muchos no habrá esa oportunidad.