Por Christian Kairies Gatica
Según la información actual del Visualizador de Mapas de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SSPA), son 26 las solicitudes en proceso que buscan declarar nuevas Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (Amerb) en la Región.
Para entendimiento del lector, los recursos bentónicos son todos los que viven en los bentos, es decir, en el suelo marino, por ejemplo, moluscos, crustáceos, algas, entre otros.
Así, según la definición de la plataforma web de la SSPA, “para la creación de un sector Amerb se requiere de una propuesta inicial por parte de una organización de pescadores artesanales, quienes identifican el lugar de su interés en la costa, para luego ser presentado ante la SSPA”.
Actualmente, de las 26 solicitudes de Amerb en proceso vigentes en la Región, la distribución es la siguiente: Tomé (6), Lota (6), Arauco (5), Talcahuano (4), Lebu (3), Coronel (1) y Penco (1). Las áreas que destacan entre las solicitudes de declaración de Amerb en proceso, están las de “Tres Piedras”, en Lota; Bahía Isla Rocuant y El Morro Vlll, en Talcahuano.
En tanto, actualmente son 78 las Amerb ya declaradas en la Región. Entre las comunas con más nuevas áreas declaradas destacan: Arauco (19), Tomé (13), Penco (8) y Coronel (12), sumando entre ellas el 67% del total aproximadamente. Entre los polígonos más grandes, resaltan los de Coliumo, Caleta Chome o los de las islas Santa María y Mocha respectivamente.
Ahora bien, en cuanto a las últimas mesas de trabajo relacionadas a las Amerb, hace pocos días el seremi de Economía del Biobío, Javier Sepúlveda, sostuvo una reunión con el Consejo Zonal de Pesca y Acuicultura donde se conversaron medidas para fortalecer la gobernanza sectorial y el desarrollo sustentable del rubro.
“En el último Consejo Zonal de Pesca, nosotros lo que hicimos fue ampliar el polígono o el espacio disponible para un área de manejo de recursos bentónicos de la Isla Santa María”, reveló Sepúlveda.
El objetivo de ampliar el área es generar mayores oportunidades de ingreso para los pescadores artesanales, asegurando al mismo tiempo la protección de los recursos marinos, según Sepúlveda.
En tanto, es de mencionar que estas áreas deben contar obligatoriamente con un plan de manejo o administración, en el cual los sindicatos y pescadores artesanales se comprometen a implementar diversas acciones orientadas a la conservación y al uso sostenible de los recursos. Esto incluye, por ejemplo, la autoimposición de períodos de veda para evitar la sobreexplotación, así como el establecimiento de cuotas de captura.
“Por ejemplo, en todo lo que es el Golfo de Arauco hay muchas áreas de manejo en donde se le imponen cuotas de captura, por ejemplo, de la macha, del huepo, del loco, etc. Entonces, en el fondo esta herramienta lo que permite es que las propias comunidades costeras puedan ir autogestionando la disponibilidad de los recursos con los cuales pueden ellos generar los respectivos ingresos y de esa forma proyectar hacia el futuro un ingreso estable”, precisó el seremi de Economía.
Por otro lado, el presidente de la Federación de Pescadores Artesanales del Biobío (Ferepa Biobío), Cristian Arancibia, aunque destacó aspectos positivos, se refirió a los desafíos y problemas que giran en torno a las Amerb: “Esto también ha traído problemas, ya que en el borde costero de la región del Biobío son muy pocos los espacios que no tienen decretos de manejo, especialmente cerca del borde costero, lo que deja muy pocos espacios libres para zonas operadas”, dijo.
Agregó que “un claro ejemplo de esto es lo que ocurre entre Penco y Dichato, donde prácticamente no existen espacios libres para aquellos pescadores que no son miembros de los sindicatos titulares de áreas de manejo, impidiéndoles desarrollar su actividad, lo que se ha transformado definitivamente en un problema en la actualidad”.
El presidente de Ferepa Biobío precisó que es importante entender que existen áreas de manejo que se encuentran actualmente en explotación comercial activa, mientras que otras solo están sujetas a estudios de seguimiento, sin registrarse cosechas o con niveles de extracción muy bajos.
Lo anterior genera espacios que, en la práctica, funcionan como zonas de uso exclusivo, restringiendo el acceso a otros pescadores artesanales. Por ello, “ahí es donde hace sentido revisar qué áreas de manejo efectivamente están siendo explotadas y cuáles no para poder dejar esas zonas como son al libre nuevamente”, dijo Arancibia.
No obstante, siempre va a ser positiva la destinación de una Amerb cuando los méritos de la solicitud se cumplen, según Arancibia. Por ejemplo, un caso clave es el de Lenga, donde llevan 20 años solicitando una Amerb que ya está a punto de ser entregada, y que se condice absolutamente con la realidad del sector, donde ha incrementado la cantidad de pescadoras y pescadores trabajando allí.
Aunque, “hay otras solicitudes en desarrollo que no buscan otra cosa más que impedir el trabajo de otros compañeros pescadores. Ese es el tipo de análisis que debe aplicar la autoridad al determinar si se asigna o no un área de manejo”, precisó el dirigente.
Por último, es de mencionar que cuando se solicita un área de manejo y esta se encuentra en trámite, ya no se puede pedir nada en ese espacio, ya que la prioridad la tiene quien realizó la solicitud primero.