Es un fenómeno inédito que se debe, precisamente, a un escenario pandémico sin igual y que trae complicaciones al dar vuelto y a las compras de pequeños montos.
“Se necesitan monedas de $50, $100 y $500. Gracias”.
Este aviso es frecuente actualmente en varias vitrinas del comercio establecido.
Es que hay escasez de monedas en circulación, fenómeno que se está dando en gran parte del territorio nacional y que tiene dentro de las causas la pandemia y la consiguiente incertidumbre económica que genera, lo que provoca que las personas ahorren más.
A esto se le suma el aumento de los medios de pago electrónicos por sobre el efectivo, también producto de medidas sanitarias, lo que está complicando al comercio al momento de dar vuelto.
El Banco Central de Chile (BCCh), al tanto de esto, tomó algunas medidas al respecto: puso a circular un 6,5% más de monedas en marzo en comparación con un año atrás.
Pero, ¿cuáles son los riesgos de seguir acuñando monedas? ¿cuánto cuesta ese proceso? ¿qué medidas se están tomando, al respecto?
Todas interrogantes que la gerente tesorera del Banco Central de Chile, Cecilia Feliú, respondió a Diario Concepción.
– ¿Qué medidas han adoptado?
-Desde abril del 2020, el BCCh inició un proceso de compras adicionales de monedas, de todas las denominaciones, para ayudar a satisfacer la gran demanda que empezábamos a tener y que se intensificó hacia fines de 2020 y en adelante, luego de la apertura de los comercios y salidas de las cuarentenas, aumentos de demanda que se ha mantenido hasta ahora.
En enero 2021, el Banco Central constituyó una Mesa de Trabajo, con los principales actores del circuito del efectivo, donde participan bancos comerciales, la Asociación de Bancos, la Cámara Nacional de Comercio y un grupo relevante de empresas del retail para lograr unir esfuerzos y desarrollar estrategias que ayuden y promuevan la circulación de las monedas que se encuentran acumuladas, guardadas en las casas, oficinas, autos, etc., para que se vuelva a normalizar el ciclo natural que existía hasta antes de la pandemia.
Hemos realizado campañas para masificar lo más posible los mensajes sobre la campaña #Usatusmonedas, para generar la conciencia del problema y de la solución a nivel nacional.
-Pero el problema persiste
Así es, se ha mandado a producir un gran volumen de monedas que se han emitido a los bancos en los últimos 12 meses. Estas monedas posteriormente salen a la economía a través de los comercios para alimentar los pagos que se realizan en efectivo. Por lo tanto, en la medida que estas monedas emitidas no circulen y se queden en poder de los hogares y personas, la solución es de muy corto alcance e ineficiente. Como referencia una moneda chilena tiene una vida útil de más de 25 años, lo que significa que a lo largo de todo ese tiempo ha cambado infinitamente de manos, que es justamente lo que no ha estado sucediendo en los últimos 8 a 10 meses. De ahí que la clave y solución más de fondo o estructural es que la personas que tienen monedas, las usen si pagan en efectivo una compra, o bien si tienen grandes volúmenes almacenados en las casas, acudan a los bancos donde puedan recibirlas para cambiarlas o depositarlas.
-¿Cuánto cuesta acuñar las principales monedas chilenas?
-Es una cifra que depende de una serie de variables y condiciones, pero ciertamente es un valor bastante elevado que puede llegar a ser de algunas decenas de millones de dólares en un año.
-¿Qué llamado hace el BCCh?
-Nuestro llamado es a cada una de las personas que consciente o inconscientemente tiene monedas guardadas en sus casas, las use cuando salga a hacer compras con efectivo, o bien las lleve a su banco, tratando de evitar a aquellos que tienen en la actualidad largas filas por los pagos de los beneficios sociales. La necesidad de monedas es a todos nivel, en todas las denominaciones y afecta principalmente a los grupos más vulnerables de la población, es decir a quienes son dependientes del efectivo como único medio de pago, para solventar su día a día, ya sea porque son personas de bajos ingresos, de mayor edad, sin bancarización, o que viven el sectores más alejados y rurales del país. Así como las personas que usan el efectivo por preferencia sobre otros medios de pago.