Economía y Negocios

Proponen acciones para promover emprendimiento femenino en Chile

Estudio identifica las dificultades en el acceso al financiamiento, a la información y a redes como las principales barreras para el desarrollo empresarial de las mujeres.

Fotografía: Archivo

El escenario 2021 impone nuevos desafíos para las mujeres. Entre el 2018 y 2020, la presencia femenina en empresas privadas ha aumentado sólo un 3%, dejando a Chile entre los últimos miembros de la OCDE. La pandemia incrementó la participación de mujeres en la creación de nuevas empresas un 140% en los últimos 6 años. La nueva normalidad llevó a muchas mujeres a emprender, buscando flexibilidad, recursos y satisfacción personal.

En este contexto, se realizó el estudio “Evaluación Nacional del Desarrollo de la Iniciativa Empresarial de la Mujer (WED) – Chile”, encargado por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) a Mujeres Empresarias, con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el marco del Programa de ONU Mujeres Win-Win y la Dirección de Estudios Sociales de la Universidad Católica (DESUC), quienes aplicaron la metodología. La investigación se desarrolló durante los años 2019 y 2020, durante los cuales se analizó un conjunto de condiciones marco para el desarrollo empresarial de las mujeres en Chile, caracterizando el perfil de las emprendedoras, donde identificaron las principales barreras que enfrentan en el mundo empresarial.

El estudio contempló a 729 mujeres emprendedoras y usuarias del Centro de Negocios Sercotec y Mujeres Empresarias, 23 entrevistas en profundidad a informantes de diferentes instituciones, y cinco mesas de trabajo con mujeres de todo el país.

El presidente de la CPC, Juan Sutil, destacó la importancia del emprendimiento femenino, “especialmente en momentos en que la pandemia ha golpeado con especial fuerza a las mujeres. El retroceso en la incorporación al mercado laboral por parte de las mujeres es algo que nos debe preocupar a todos. Por eso, es urgente buscar iniciativas e incentivos, tanto públicos como privados, para que la mujer se pueda volver a insertar en el mercado laboral. Y el hecho de que puedan emprender su propio negocio es una excelente alternativa. Las mujeres son muy creativas, resilientes, audaces, y a la hora de salir a emprender es importante que se den las condiciones financieras, de cuidado de los hijos y acceso a la información para que puedan formalizar su emprendimiento y hacerlo sustentable en el tiempo. Esperamos que la información que arroja este estudio sea de utilidad para avanzar en ello”.

Francisca Valdés, directora ejecutiva de Mujeres Empresarias, sostiene que, si bien se ha avanzado en la inclusión femenina en el mundo de los negocios, persisten desafíos para seguir creciendo. “La falta de políticas y acciones con perspectiva de género y la necesidad de superar diferencias culturales sobre algunos roles de género siguen siendo problemáticas arraigadas. Los puntos que requieren más atención corresponden al acceso a servicios financieros y la falta de liderazgo y coordinación de políticas dirigidas a la promoción de las mujeres en el mundo empresarial. Sumado a eso, se deben fortalecer las redes de coordinación entre mujeres y consolidar acceso a mercados y tecnologías”.

Por otro lado, Carolina Eterovic, directora ejecutiva de Mujeres Empresarias, afirma que la conclusión transversal del estudio y que tiene relación con la problemática es el tema formativo.

“Pese a que existen instrumentos públicos y privados y apoyo financiero, falta el paso siguiente que tiene relación en cómo utilizo esos recursos y obtengo la mejor rentabilidad. Cómo soy más eficiente y logro escalar en mi emprendimiento y hago que perdure en el tiempo. Considero que la clave está en la formación no sólo en el ámbito financiero y comercial, sino en las competencias del negocio. Sin eso, no se logrará el objetivo de tener empresarias emprendedoras que crezcan, se multipliquen y sean un aporte para la economía del país”.

Principales resultados y plan de acción

El estudio arrojó que las mujeres están subrepresentadas en iniciativas financieras, sumado a que no existe evidencia de esfuerzos por parte de este tipo de entidades en realizar acciones con enfoque de género. Un 77% de las mujeres consultadas en el estudio declaró que su principal fuente de financiamiento corresponde a sus propios ahorros y sólo un 14% tenía cofinanciamiento de programas estatales o no estatales.

Respecto a las áreas donde se desempeñan las mujeres emprendedoras, un 45% lo hace en el rubro comercio o manufacturas, y el 26% comenzó a emprender como una forma de obtener más ingresos. Según su tamaño, el 50% son microempresarias, y sólo el 1,4% es gerenta general de alguna empresa.

El estudio también concluyó que, a pesar de los esfuerzos del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, el Ministerio de Economía, la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales y otros, no existe una entidad con el rol de coordinación de políticas intergubernamentales para la promoción del desarrollo empresarial de las mujeres. Y pese a la existencia de programas enfocados en estos esfuerzos, la falta de coordinación disminuye la probabilidad de maximización de los mismos.

Junto con el diagnóstico, la CPC y Mujeres Empresarias presentan acciones para mejorar el desarrollo empresarial femenino, a través de una propuesta que fue entregada a los ministros de Economía, Lucas Palacios, y de la Mujer, Mónica Zalaquett. El plan contempla cinco líneas de trabajo en las que es necesario avanzar:  perfeccionar el sistema jurídico sensible al género, lo que incluye la modificación de la Ley de Sociedad Conyugal e incluir en nuevas leyes la perspectiva de género.

También establecer al Estado como coordinador para sistematizar y enlazar los esfuerzos ya realizados. Acercar la diversidad de los servicios para las beneficiarias, para lo que se propone la creación de un portal que consolide la información disponible.

Además de fortalecer las redes de mujeres, fomentando su participación en asociaciones empresariales y mejorar el acceso a mercados y tecnología, con apoyo en capacitación en TICs e incentivos para nuevas prácticas comerciales.

 

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