Por Aníbal Torres Durán
La Empresa Nacional del Petróleo (Enap) entregó un nuevo informe sobre la variación del valor de los combustibles en el país. Se trata de la vigésima alza consecutiva que tiene molestos, por ejemplo, a los taxistas del Gran Concepción.
De acuerdo con el documento, desde este jueves 22 de abril, las bencinas de 93 y 97 octanos tendrán un aumento de 6,2 pesos por litro, así como un incremento en el precio del diésel de 0,9 pesos por litro. Por su parte, el gas licuado de uso de vehicular tendrá una caída de 6,2 pesos por litro.
Esta nueva subida presenta una nueva dificultad para distintas áreas del comercio y transporte de la Región.
“Nosotros hemos reiterado en un montón de oportunidades el problema del alza del combustible y el perjuicio que significa para nosotros, puesto que nosotros trabajamos con nuestros autos que no son particulares”, sostuvo el presidente del Sindicato de Trabajadores Independientes de Taxistas de Concepción, Héctor Pino.
Asimismo, el dirigente se refirió al actual impuesto específico al combustible y que tiene un papel fundamental en la tarifa de las bencinas.
“Me refiero a su eliminación ha sido un tema reiterado. Ese impuesto tenía cierta finalidad que ahora es bastante irrisorio que se siga manteniendo”, sentenció el líder gremial.
Según indicaron desde la estatal, esto se enmarca en la regla de precio paridad de importación, el Mecanismo de Estabilización de Precios de Combustibles (Mepco), el Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo (FEEP) y los mecanismos establecidos por la autoridad.
“Es una tendencia que probablemente se mantendrá todavía por un tiempo relativamente prolongado, por la dinámica de recuperación económica que se comenzaría a evidenciar a escala mundial, conforme se va superando la pandemia y la actividad económica comienza a reactivarse”, explicó el economista del Centro de Estudios Corbiobío, Ariel Yévenes.
Agregó que “siendo Chile un demandante neto de petróleo, sin producción local, por cierto, que genera la complejidad de que además, estando toda la cadena productiva y de distribución muy determinada por el uso de combustibles, se genera una presión inflacionaria. Con el tiempo se va haciendo extensiva a gran parte de los precios de otros bienes de la economía”.
Finalmente, Enap reiteró que “no regula ni fija los precios de los combustibles en el mercado chileno. Su rol es únicamente de comercializador mayorista de los distintos derivados de hidrocarburos hacia las empresas distribuidoras, las que directamente atienden a los consumidores y fijan sus precios de venta”.