Se proyecta que en el cuarto trimestre se mostrará aun mayor dinamismo de mano del consumo.
El Banco Central publicó ayer las Cuentas Nacionales. Si bien el PIB del tercer trimestre siguió mostrando una fuerte contracción interanual (-9,1%), se confirma una importante recuperación respecto al trimestre previo (5,2%, desestacionalizado). Este avance se explica por un mejor desempeño del consumo (impulsado por las inyecciones de liquidez) que cayó menos de lo esperado (-8,8% a/a vs. -11,8% est.), pero que tuvo como contrapartida un rendimiento más débil de la inversión (-18,5 a/a vs. -12,8% est.). Con ello, la demanda interna exhibió, de todos modos, una significativa disminución de 11,4% a/a.
La demanda externa contribuyó algo menos de lo esperado debido a una desaceleración de las exportaciones en el trimestre (-7,2% a/a vs. -4,6% est.), mientras que las importaciones se comportaron según lo estimado (-15% a/a vs. -16,8%). Con todo, el buen desempeño de las exportaciones a lo largo del año, sumado a la fuerte contracción de importaciones y términos de intercambio favorables llevaron a que la cuenta corriente en los últimos doce meses alcanzara 0,1% del PIB, su primer saldo positivo desde 2011.
A nivel sectorial, se observa una muy fuerte recuperación del comercio en el margen, reflejando el impulso del consumo que también incidió en un alza en las manufacturas. A septiembre, la construcción y los servicios personales seguían lastrados -aunque por sobre los mínimos de junio y julio-, dando cuenta del impacto de las medidas de confinamiento. La minería, por su parte, ha seguido estable.
En el cuarto trimestre veremos una recuperación más intensa de la actividad. Es posible que el consumo de bienes durables pierda algo de dinamismo, pero el consumo habitual y de servicios seguirán subiendo. En tanto, la inversión en construcción debiese mostrar un mayor dinamismo, de la mano del proceso de desconfinamiento. Con ello, estimamos que el PIB del año cerrará con una contracción de entre 5% y 5,5%.