Economía y Negocios

Minas de carbón del Bío Bío: La lenta agonía de una industria que mueve US$7 millones al año

El seremi de Minería, Oscar Muñoz, explicó que hay múltiples factores: entre ellas la preferencia por el gas. Las minas de Trinidad y Santa Ana son algunas que tratan de seguir.

Por: Felipe Placencia 16 de Enero 2020
Fotografía: Archivo | Diario Concepción

Las minas de carbón Trinidad y Santa Ana, si bien es cierto, están pasando por procesos de despidos (170 en total), se esfuerzan por seguir adelante en una suerte de adaptación de mercado, uno que ya no es el mismo y difícilmente pueda volver a los días de bonanza de hace décadas.

Mientras se anuncian los procesos para terminar con las centrales a carbón en el país y en el mundo para seguir dando paso a energías limpias (COP25), en la Provincia de Arauco todavía 1.000 personas aproximadamente dependen de este rubro.

De acuerdo al seremi de Minería Bío Bío, Óscar Muñoz Arriagada, en la zona carbonífera, se mueven al año no más de US$ 7 millones, con no más de 80 mil toneladas, con todos costos en las espaldas.

Y hablamos de un segmento que igualmente le ha significado al Estado, con los gobiernos de turno, a lo menos $2.000 millones, que fue el caso de Santa Ana en tiempos del intendente Rodrigo Díaz, para resolver un problema, que básicamente era de un privado que dejó las faenas abandonadas.

Durante estas semanas, la actual administración del intendente Sergio Giacaman ha tenido gestiones silenciosas para abordar esta problemática en Arauco, en las que se incluyen, además de la Seremi de Minería, a la Gobernación, municipios, entre otros.

¿Recta final?

Al ser consultado de por qué la industria carbonífera viene de bajada, el seremi Muñoz respondió que hay múltiples factores. “Uno de ellos es el carbón importado. Los costos de hacer carbón nacional son altos. Al ser minería artesanal, hay poca mecanización, poca tecnificación, tecnología, se requiere de contratación de mucha mano de obra y termina encareciendo la producción. Por otro lado, el Impuesto Verde, que se creo hace algunos años, también pegó fuerte”.

Agregó que “ hoy, el 95% de la producción de la Región del Bío Bío, no es para alimentar termoeléctricas, que es la industria que más consume y la que esta afecta a los planes de cierre por los compromisos internacionales que el Estado de Chile ha ido asumiendo, para ir aumentando las energías renovables no convencionales y disminuir las centrales a carbón”.

Entonces, ¿a dónde se va el carbón regional? “Para algunas frutícolas, azucareras, lácteos, lecherías, algunas pesqueras. Entonces, el Plan de Descarbonización no habla de este tipo de industria con uso menor, que no es todo el año, por lo que la contaminación es menor”, precisó el seremi Muñoz.

El punto está en que cuando estos segmentos productivos ya no requieran del producto local, la retirada total será inevitable. Y es algo que estaría ocurriendo en la agroindustria, prefiriendo el uso de gas.

“Lo hago consciente para no generar falsas expectativas: hoy día estamos ante una industria que está viviendo quizás la recta final”, lamentó Muñoz.

A pulso

A lo largo de los años se han entregado pensiones de gracia junto con la reinserción a los trabajadores jóvenes en otros rubros. Es por ello que el proyecto Mapa de Arauco se califica como una buena alternativa a mirar en el futuro.

“El minero está consciente de lo que está pasando y el empuje que han tomado los temas ambientales y los impuestos asociados (…), nosotros seguimos prestando asistencia técnica y capacitaciones. Como hay entre 800 a 1.000 trabajadores en este giro, la seguridad es elemental. El Sernageomin hace su trabajo de fiscalizar periódicamente. El día viernes terminamos una capacitación y entregamos equipamiento en diciembre”, resaltó el seremi Muñoz.

El empresario y dueño de la mina Trinidad, Edgard Salgado, es una de las que sigue en pie. En seis meses más busca seguir con una nueva excavación tras despedir a 80 pirquineros.

“El mercado está un poco difícil. Lo otro es que nuestra mina generó por arrastre una situación que no era muy rentable. El carbón estaba a demasiada distancia (para efectos de extracción) y la cantidad de gente que teníamos no condecía. Era producción versus gastos. Entonces, veníamos hace un año y medio perdiendo hasta $20 millones mensuales. Obviamente que no podíamos mantener esa deuda”, manifestó Salgado.

Esto motivó a que se negociara con el personal “para seguir de la mejor manera y evitar un problema social. El seremi de Minería ha querido ayudar con la posibilidad de que la gente que quede fuera, estos entren a algún curso para mitigar la falta de ingresos. Se debe entender que la gente minera lo único que sabe hacer es ser minero. Me da una pena tremenda no tener la mina nueva inmediatamente para reintegrarlos rápidamente”.

Mientras que la mina Santa Ana, hace unas semanas, 90 mineros fueron despedidos. Nelson Garcés, el nuevo administrador, tiene la tarea de seguir adelante. Hasta cuando la resistencia o el mercado diga basta.

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