Economía y Negocios

Ingreso Mínimo Garantizado: nadie ganará menos de $300 mil

Es el objetivo de la norma llegada al Senado. Uno de los cambios que experimentó en su primer trámite es el universo de beneficiados.

Por: Javier Ochoa 02 de Enero 2020
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Avanza en el Senado la norma que fija $300.000 líquido como Ingreso Mínimo Garantizado y ahora viene la discusión sobre el universo de beneficiados, puesto que hasta ahora sólo ayuda a quienes laboran en pequeñas empresas.

La norma una vez aprobada por los legisladores de Trabajo deberá ser revisada por la Comisión de Hacienda en cuanto a las materias de su competencia.

En la última sesión de la Comisión de Trabajo, el ministro de Desarrollo Social y Familia, Sebastián Sichel, y la subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia, presentaron la propuesta iniciada en mensaje. Esta busca responder a una de las demandas más sentidas de la ciudadanía, como es contar con un empleo formal que les permita optar a instrumentos de seguridad social, pero, a la vez, tener un ingreso que les mejore su calidad de vida.

La norma

En simple, se trata de un complemento a la remuneración bruta mensual de cargo fiscal. El subsidio asciende a 59 mil 200 pesos para quienes ganan el salario mínimo ($301 mil), lo que les permite alcanzar un monto bruto de 360 mil 200 pesos y un monto líquido de $300 mil.

Esto implica un aumento del ingreso líquido de un 25% para los trabajadores con jornada laboral completa que actualmente reciben el salario mínimo. Además, el beneficio se extiende crecientemente a aquellos que ganan hasta 384 mil 363 pesos. Los que ganan menos del mínimo, deberán llegar a los 300 mil líquidos, por tanto, nadie podrá ganar menos que ese monto.

¿Es suficiente?

Nunca es suficiente, dice el economista de la UDD, Carlos Smith, “pero, sin duda, es un buen esfuerzo del Estado, lo que tiene un aspecto positivo: no afectará a las empresas, por lo tanto, no atentará directamente contra el empleo. Alguien tiene que financiar esto y que se asegure la condición de permanente es lo más importantes. De lo contrario se cae a endeudamiento para solventar gastos permanentes y eso es muy complejo”.

Smith sumó que la gente estará mejor sí o sí, porque se trata de trabajos no calificados y, desde ese punto de vista, estimó, surge la necesidad de calificar a esas personas.

“Esto pasa por educación, con un buen sistema de capacitación, para ese mismo segmento, de manera de mejorar realmente sus capacidades y productividad. De pasar, será valorado por las empresas, las que estarán dispuestas a pagar mejores sueldos. Pero el problema es la efectividad de los cursos del Sence. Su nulo aporte a la productividad está avalado por estudios, por eso, el desafío es entender, permanentemente, lo que está necesitando el mercado. Por otra parte, y una solución más de fondo, pasa por mejorar la calidad de la educación, de manera que las personas puedan entender lo que leen”.

Sin cargo al Estado

Pero el hecho de que esto sea solventado por todos los chilenos, vía impuestos, es cuestionado por el director de la carrera de Ingeniería Comercial de la USS, Luis Felipe Slier, quien planteó como una propuesta interesante de discutir el definir salarios mínimos diferenciados en función de las ventas y el tamaño de la empresa, ya que no es lo mismo un negocio con dos vendedores y ventas que permiten a sus dueños vivir, en comparación a una gran empresa con altos ingresos, puntualizó.

“Se podrían definir salarios mínimos para micro, pequeña, medianas y grandes empresas, y sin cargo al Estado que debe destinar los escasos recursos a otras prioridades”, manifestó Slier.

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