Con figuras como Maxwell y Rubio, Universidad de Concepción derrotó a ABA Ancud y volvió a celebrar en la isla, consolidando su hegemonía en el torneo.
El marco era imponente. El Gimnasio Luis “Caco” Suárez de Ancud lucía abarrotado, con una hinchada local que empujaba sin descanso a su equipo. En ese escenario, Universidad de Concepción ratificó su jerarquía para derrotar 82-73 a ABA y quedarse con la Super Copa Chery by Cecinas Llanquihue 2025, sumando su cuarta corona en la historia del certamen.
El Campanil mostró desde el inicio una agresividad que sorprendió a los chilotes. El primer cuarto terminó 27-14 para los penquistas, ventaja que marcó la pauta del resto del encuentro. Ancud reaccionó con Dwight Owens II como referente ofensivo, pero al descanso la UdeC mantenía el control con 47-39.
En la segunda mitad, Ancud llegó a recortar la diferencia a solo cinco puntos. Fue entonces cuando apareció el liderazgo de Stephen Maxwell, autor de 26 puntos y 7 rebotes, junto al aporte determinante de Kevin Rubio, quien cerró con 23 unidades.
Los locales resistieron con Owens II (22 puntos) y Anthony Peacock (16 puntos y 11 rebotes), pero el poder colectivo del Campanil terminó inclinando la balanza. Con oficio y calma, el cuadro penquista selló el triunfo 82-73.
El técnico de la UdeC, Santiago Gómez, no escondió la satisfacción por el logro.
“Era un campeonato duro. Había incertidumbre por los cambios en el equipo. Creo que tuvimos buenos y malos momentos, pero nos llevamos una experiencia muy valiosa para el inicio de la Liga”, señaló.
El DT destacó además el temple de sus jugadores cuando Ancud redujo la ventaja de 19 a dos puntos. “Son esos desafíos mentales que hay que aguantar. Cuando ellos se pusieron cerca, el equipo supo controlar, encontrar buenas situaciones y volver a sacar diferencia. Cerramos con errores, sí, pero logramos sostenernos y ganar en una cancha difícil”, manifestó.
La UdeC afrontó este torneo con importantes modificaciones en su plantel. Las salidas de Diego Silva y Sebastián Carrasco marcaron la pauta, obligando al cuerpo técnico a reestructurar la rotación.
“Confiamos en Nico Aguirre para tomar la titularidad. Perdimos fichas importantes, pero incorporamos jóvenes. Tenemos que encontrarnos, crear química, y este torneo nos dejó enseñanzas”, explicó el DT.
El escolta penquista, Kevin Rubio, se erigió como otra de las figuras del título y no ocultó su emoción. “Un triunfo emocionante, trabajamos muy bien como equipo. Agradezco la confianza del entrenador y de mis compañeros. Este triunfo es para mi familia, que siempre me respalda”, afirmó.
Rubio subrayó que este es solo el comienzo. “Somos un equipo con hambre de ganar. Nos queda la Champions y otros torneos por delante, debemos prepararnos para seguir demostrando que podemos pelear por más títulos”, cerró.
Con esta nueva corona, la Universidad de Concepción confirma su condición de referente en el básquetbol nacional. Lo que viene será igual de exigente: torneo de Transición, la participación en la Champions League Américas y el inicio de la Liga Nacional. Gómez y sus dirigidos ya miran hacia adelante, pero con la satisfacción de haber comenzado la temporada con el ADN ganador del Campanil.