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¡Nos vemos a la vuelta!

Por: Samuel Esparza 06 de Junio 2024
Fotografía: Santiago 2023

Amigos, apoderados, entrenadores, niños y toda la familia del CDE Inger Química, llegaron hasta la Laguna Chica de San Pedro de la Paz, para despedir a uno de sus máximos orgullos. César Abaroa dijo adiós, tomó su maleta y enfiló rumbo a Curauma, donde comenzará la fase definitiva con miras a su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024.

El medallista panamericano disputará por segunda vez en su carrera la cita de los cinco anillos, luego de sellar su clasificación en el Preolímpico de Río de Janeiro, en marzo, tras lo cual se dedicó de lleno a preparar el bote doble ligero junto a su compañero, Eber Sanhueza.

“No fue fácil clasificar a unos JJOO, íbamos con la presión de ser favoritos al clasificatorio, y eso fue más complicado aun. Pero todo va en creer en lo que se hace, detrás nuestro tenemos dirigentes que apañan, entrenadores de primera calidad, un head coach súper competitivo, un gerente técnico de la federación que nos consigue todo lo que necesitamos, y gracias al que tenemos acceso a médico, kinesiólogo, nutricionista”, expresó.

“Fue una sensación increíble, siempre conversamos con Eber que disfrutamos mucho esa semana en Río, cada comida, entrenamientos cada tarde, las playas, el clima. Nos sentíamos bien, estábamos inspirados y el día que comenzó la eliminatoria , sabíamos que lo podíamos hacer. Igual que en la final, esa vez disfrutamos cada palada, en el último minuto teníamos claro que ganaríamos y yo le decía a Eber que disfrutara el momento; íbamos con la piel de gallina, son sensaciones que no se olvidan más”, añadió.

A sacarse la espina de Tokio

Abaroa y el resto de la selección se mantendrán concentrados en Curauma (Región de Valparaíso) hasta fines de junio, cuando se embarquen rumbo a la localidad de Bañolas, en España. Ahí compartirán laguna con el equipo de Irlanda, actual campeón olímpico, además de España (quintos del mundo) y el representativo de México (séptimos del ránking mundial).

“Entrenaremos junto a rivales directos, esperamos poder compartir y medirnos día a día, será una concentración muy linda. Después, a mediados de julio, nos iremos a París para adaptarnos a las pistas y el agua. Y, el 28 de julio, comenzaremos la participación en los Juegos, hasta el 2 de agosto”, explicó.

En cuanto a los objetivos en la cita olímpica, Abaroa tiene claras las prioridades. “Nuestra expectativa y sueño por el que estamos trabajando, es ir por un diploma olímpico (lo que significa quedar entre los 8 mejores). Nuestro entrenador está seguro que podemos lograrlo haciendo las cosas bien de aquí al inicio del evento. En Tokio 2020 no nos resultaron las cosas como queríamos y quedamos con esa espinita, por eso queremos irnos de París con una buena sensación, independiente del resultado que obtengamos. Y trabajaremos para eso”, adelantó.

Un apronte de nivel rumbo a los JJOO lo tuvo recientemente en la Copa del Mundo de Suiza, donde el bote chileno finalizó undécimo. “Nos dimos cuenta que el nivel está más alto que en Tokio, pero nosotros también estamos más fuertes. Nos enfrentamos a casi todos los países que estarán en París, y pudimos sacar conclusiones, que era la razón de ir. Sabemos en qué tenemos que trabajar, junto con Julen (Erauzkin, head coach nacional), estamos muy esperanzados en comenzar esta última etapa de cara a París, con ansias de estar ya en la partida y darlo todo”, destacó.

“Si bien es cierto fuimos undécimos en esa copa, también es real que nuestro bote doble es el más competitivo del remo actual, pues es la única modalidad de peso ligero en estos Juegos Olímpicos y eso hace que haya más masa de deportistas. Hay cuatro países que están un escalón más arriba, y después somos 10 que estamos en un rango muy similar. Así es que, el que llegue mejor preparado a la competencia, obtendrá los lugares siguientes. Tenemos que estar ahí, y a eso apuntamos”, sentenció Abaroa.

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