Dio sus primeros pasos en el Biobío con UdeC, Naval y Fernández Vial. El delantero se nacionalizó mientras se consolida en Primera. “Ya me identifiqué con el país”, revela.
Es el fiel ejemplo del futbolista que ha dado la vuelta larga. Con 26 años, Arnaldo Castillo vive un gran momento en el fútbol chileno. En 2016 aterrizó en el país y se cansó de hacer goles a nivel juvenil en U. de Concepción. Por lo mismo, Ronald Fuentes le dio la oportunidad de debutar en Primera en octubre de aquel 2016. Debieron pasar 7 años, entre medio de pasos por Segunda y Primera B, en los que tuvo que marcar 59 goles para volver a tener una oportunidad en la categoría máxima: O’Higgins lo fichó a inicio de año, club donde no arrancó con minutos ni titularidad, pero ya suma 4 goles más uno anulado ante Copiapó por un dudoso offside. “He ido de menos a más. Me costó un poquito al inicio en torno a marcar goles y la confianza más que nada, pensando en lo que hice en años anteriores. Ya voy tomándole la mano al torneo”, comentó Arnaldo, ex Naval y Fernández Vial y ya con la “Roja” puesta, en conversación con Diario Concepción.
¿Qué diferencias ha notado en Primera División?
Principalmente la calidad de los jugadores, táctica y técnicamente. Hay una distancia sicológica también al enfrentar ciertos momentos de los partidos.
Pocos saben que ya es chileno, ¿cómo surgió eso?
Lo venía buscando hace rato. Desde 2021 tenia la posibilidad de conseguir la nacionalización. Hice los papeleos necesarios y por fin me salió este año. Obviamente contento por tener la carta. El próximo año no utilizaré cupo de extranjero. Pero además de eso, me siento feliz porque ya estoy identificado con Chile. Mi pareja es chilena, mi hija igual. Concuerda con todo lo que deseo en la vida.
O sea fue netamente un deseo suyo …
Sé que cumpliendo 5 años puedes tratar de dar ese paso. Se me ocurrió por la oportunidad que me puede significar a nivel familiar, social. Me estoy arraigando acá y pensando en vivir mañana en Chile.
En Paraguay, ¿qué le dijeron?
Siempre me han apoyado en mis decisiones. Ellos felices, lo tomaron bien. Son objetivos que uno cumple. Para ellos siempre será gratificante que su hijo logre cosas. Están muy contentos y apoyándome.
¿Se acostumbró a la forma de ser del chileno, sus modismos y todo?
Hace rato ya. Cuando converso con algún compañero, puedo ser tan garabatero y chistoso como cualquier chileno. Me siento uno más y ahora que tengo la nacionalidad, mejor. El chileno tiene una forma bien especial de hablar que ya se me pegó.
¿Se ilusiona con la selección?
Como todo futbolista, uno quiere representar a su país. Ya soy un huevón más. Si se da la posibilidad, la voy a tomar. Uno como futbolista trata de hacer bien las cosas, pero tengo tranquilidad y paciencia. Si llega la opción, feliz.
Se lo pregunto porque ya está marcando goles en Primera y en Chile no hay muchos “9”de área …
No, casi no hay. Son casi todos segundas puntas o que se enganchan. Si se da la oportunidad, feliz. Por mientras, sigo trabajando con responsabilidad y partido a partido.
Y si lo llamaran de Paraguay, ¿aún puede jugar por ellos?
En ese caso tendría que tomar la mejor decisión, y ahí no tengo por donde perderme.
Ah, ¿la tiene tomada ya?
Si me llaman de Chile, voy muerto de la risa, altiro. Si me llaman de Paraguay, lo tendría que pensar. Mi primera opción es Chile, obvio. Por lo que he sabido, en Paraguay ven otras cosas más allá de lo futbolístico. Con trabajo y perseverancia veo factible un llamado desde acá.
¿Cómo vivió el 18?
Bien, contento. Estoy aprendiendo hasta a bailar cueca. Hace poco nació mi hija y lo estoy viviendo a concho. Me costó bastante, di la vuelta larga, pero ya me están saliendo las cosas y el esfuerzo está dando frutos.
El himno no creo que se lo sepa, aún …
Con esto voy a sorprender, pero igual me lo sé. Con la cueca ya me manejo. No soy profesional, pero me sé los pasos básicos.
¿Qué le depara el futuro en lo futbolístico?
Termino contrato a fin de año. De ahí en más, voy a tratar de seguir mejorando y siendo un aporte. Voy día a día, trabajando paso a paso y a final de año veré que sucede.