En otra convincente presentación, el quinteto universitario penquista barrió a CD Castro en los cuartos de final del torneo y ahora espera rival. Español de Osorno o Las Ánimas será el próximo obstáculo.
No era fácil la tarea que tenía por delante la Universidad de Concepción, en los cuartos de final de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB). Por más que haya finalizado en el primer lugar de la fase regular, el equipo dirigido por Cipriano Núñez nunca puso en duda las dificultades que encontraría ante CD Castro, por el paso a las semifinales del torneo más importante del cesto chileno. No por nada, los chilotes fueron uno de los exclusivos verdugos auricielos en la fase inicial, donde el elenco auricielo cedió apenas tres derrotas. Bueno, una de ellas fue ante Castro, y aquello se mantenía fresco en la memoria colectiva de los universitarios.
Por eso los dos primeros encuentros de la llave al mejor de cinco, disputados en la Casa del Deporte, se jugaron a un ritmo frenético por parte de los penquistas. No había que dejar crecer al rival, ni siquiera se trataba de revancha, como muy bien anticipó en la previa el DT Cipriano Núñez, sino que de supervivencia, de avasallar para nunca dar chances a los sureños.
Los marcadores de ambos encuentros dan cuenta de aquella premisa: 80-66 y 97-70 para el Basket UdeC, en duelos donde Evans fue puntal en el primero, y aunque desapareció en ‘alma y espíritu’ en el segundo, fue perfectamente suplido por nombres como Kevin Rubio, Sebastián Carrasco, el capitán Diego Silva y su compatriota Miles Bowman Jr, que se encargaron de demostrar que más allá de un nombre particular, este equipo es un conjunto, una comunidad de nombres en busca de un objetivo histórico: el tricampeonato.
Así viajaron a la Isla Grande, sitio tan mágico como difícil para cualquier equipo de básquetbol chileno. Los dueños de casa seguramente tenían un plan de juego trabajado para la ocasión, pero jamás imaginaron el vendaval que desataría la Universidad de Concepción en los dos primeros cuartos.
Imparables, los penquistas sometieron a Castro en el parcial inicial que se adjudicaron por 22-9 liderados por un Eugenio Luzcando que parecía levitar en el parquet del gimnasio municipal. Eso resultó decisivo para el marcador final, sumando un 26-17 en el segundo.
Tras el descanso largo, los chilotes salieron a matar o morir, dejando una grata impresión entre sus parciales que vieron cómo ganaban el tercer cuarto por 27-19, y hacían un último esfuerzo para quedarse con el parcial final por 23-17.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho, y el Campanil cerró en Chiloé por un categórico 3-0.
Al cierre de esta edición, podía definirse su rival. Español de Osorno, que jugaba su cuarto duelo ante Colegio Los Leones (abajo 2-1 en la serie) en caso de forzar un quinto encuentro dejaría todo en suspenso. Si los felinos cerraban la llave, el rival es Las Ánimas de Valdivia, que eliminó a Puente Alto (3-1). Sea quien sea, la UdeC está preparada. A no dudarlo.