Partido sin dominador claro, de constante refriega en el medio y pocas llegadas al arco. Así fue como los aurinegros se matricularon con un merecido cero a cero desde cancha de un San Joaquín, que tampoco encontró claridad. La “Maquinita” avanzó de a uno y también vale.
Por la campaña que traía su rival, porque había ganado sus dos presentaciones como local y porque Fernández Vial venía de perder dolorosos puntos en casa en tiempo agregado. Por todo eso, el 0-0 que se trajo la “Maquinita” desde cancha de San Joaquín debe considerarse valioso. Ahora, en el desarrollo del juego, hay muchísimas cosas al debe, principalmente en la fase ofensiva, donde los aurinegros casi nunca pudieron conectarse con sus atacantes. Fue empate justo.
El arranque fue a todo San Joaquín, que pudo abrir la cuenta antes de los 10’ con un “globito” que intentó Hugo Toro y rozó el travesaño. El local no dejó jugar a Vial, pero no generó ninguna más de riesgo en todo el primer tiempo. En cambio, la visita sin juntarse mucho en el medio, logró amenazar con dos muy buenos zurdazos de distancia de Alexander Concha (uno de tiro libre), que Claudio Abarca contuvo con vistosas estiradas. Y al final, una más, con Carlos Gómez intentando un taquito tras un córner, pero le salió al cuerpo del portero rival.
El juego era muy trabado y a Ángel Gillard no le llegó una sola pelota. Fuenzalida y Pinilla tampoco anduvieron claros por las bandas y el gran mérito de Vial era mantener bajo control a un equipo que es duro y por algo había ganado 3 de sus 4 encuentros. Catejo y Muñoz estuvieron impasables, realizaron buenos cruces y hasta sacaron de quicio a Nicolás Barrera, que se fue expulsado tras el pitazo final.
Los múltiples cambios de ambos cuadros no cambiaron mucho el tenor del compromiso, salvo por la presencia del siempre encarador Augustine Ezeali, que a poco de entrar se sacó dos hombres de encima y remató al primer palo. Nery Veloso estuvo atento.
Tal vez no tuvo de esas llamadas “tapadas de partido”, pero Veloso sostuvo en gran parte el cero durante la segunda etapa. El ex Huachipato estuvo impecable por arriba, cortando los innumerables centros de San Joaquín, que jamás encontraron una cabeza amiga.
¿Y tuvo alguna otra el cuadro ferroviario? Sí, aunque no tan claras, como fueron todas las de este juego. Tras un tiro libre -el arma preferida de Vial junto a los córners- apareció Jorge Catejo detrás de todos y metió un testazo apenas desviado. A falta de cinco minutos, también hubo una contorsión de Matías Leiva, en buena posición, pero bastante desviado.
El dueño de casa terminó dominando, a pura garra más que fútbol, y Vial aún andaba con el fantasma del partido anterior rondando. Sí, perderlo otra vez justo antes del cierre habría sido demasiado duro. Y ahí aparecieron otra vez las manos de Nery para contener un tiro libre y quedarse con las últimas pelotas aéreas. Ninguno merecía ganarlo, la visita tampoco debía perderlo.
Como conclusión de estas cuatro fechas, Vial es un equipo duro, mañoso y difícil de derrotar. Eso ya está asimilado. Ahora falta el fútbol, el conectar más mediocampo con atacantes y generar llegadas más allá del balón parado. Como sea, un punto que suma.