La raqueta penquista fue uno de los galardonados en 2022 y aprovechó de visualizar el desafío de este año.“Es un cambio grande, pero todos los tenistas pasan por esto”, analizó.
Por Christopher Cortez Alarcón
Alejandro Bancalari fue protagonista en la gala para los deportistas del Biobío hace algunos días como uno de los 42 exponentes más importantes del 2022. En la instancia, recibió el trofeo al destacado de su disciplina gracias a su desempeño nacional e internacional.
Y claro, si dentro de la cancha hizo méritos con creces en el circuito junior, dejando a la región en lo alto en distintos escenarios tenísticos.
Dicha campaña lo llevó a conseguir el puesto 79 del ranking mundial en aquella categoría, instalándose como la primera raqueta chilena y octava a nivel sudamericano.
¿Sus logros? Cuartos de final en J1 de Lima, semifinales en J1 Lambaré (Paraguay) y sus campeonatos en dobles en Salinas Ecuador y como singlista en Talca.
Cabe destacar que, en el mes de mayo, el tenista penquista también disputó la qualy de Roland Garros Junior, instancia de este Grand Slam al que un chileno no accedía desde 2017.
“Estoy muy feliz, esa es la verdad. Fue un buen año en general y qué mejor manera que cerrarlo con este premio y esta bonita ceremonia. Estoy muy agradecido con las personas que me apoyaron, mi familia, mis entrenadores, ojalá el próximo sea muy bueno”, dijo la tarde del 29 de diciembre.
A modo de análisis, Bancalari señaló que “estuvo muy bueno el hecho de poder competir en lo más alto del ITF, logré jugar torneos muy importantes en lo que es categoría junior y también algunos campeonatos profesionales de buen nivel”.
A sus 19 años, llegó el momento de comenzar otra etapa en su carrera deportiva. A partir de este 2023, por edad, Alejandro comenzará a competir palmo a palmo con los profesionales, dejando atrás el circuito juvenil ITF.
“Me toca entrar de lleno a los torneos profesionales porque dejo mi etapa junior; se vienen los torneos Futuro, algunos Challenger y eso me tiene muy motivado”, señaló.
Así como crecen sus desafíos, también aumentan sus ganas de consolidarse en un proceso que será duro pero puede venir lleno de alegrías para el criado en la Academia Gonzalo González.
“Es un cambio grande pero, finalmente, todos los tenistas pasan por esto”.