Hace tres años, un accidente en bicicleta en los cerros de Coronel la dejó en silla de ruedas. Un golpe del que pudo levantarse gracias a la pasión deportiva, que la tiene como gran proyecto de la disciplina.
Dayann Fernández (29) recuerda con claridad el día que su vida cambió para siempre: el 25 de febrero de 2019. “Junto a un amigo decidimos hacer descenso en un cerro de Coronel, todavía me acuerdo cuando me preguntó por mi casco, le dije que no lo tenía pero que fuéramos igual. Me dijo ‘¿Y si te pasa algo?’. Uno como joven nunca mide las consecuencias, así es que dije , ‘¿qué me va a pasar?’ Claramente estaba tentando el destino, yo no lo sabía”.
“Cuando ya estábamos en la última cuesta, quise bajar de las primeras. Grave error, fue la decisión que marcó mi futuro. Iba a demasiada velocidad, entre mí pensaba, ‘si aprieto los frenos voy a saltar muy lejos’, así es que intenté controlar la bicicleta pero no pude. Casi llegando al final, salté volando y mientras iba en el aire, me decía ‘me voy a fracturar algo, seguro’.
No estaba lejos de la realidad, en vez de caer en el camino cayó en un barranco de 10 metros donde una roca detuvo su viaje. El impacto fue en plena columna vertebral. “En ese momento quedé inconsciente, cuando la recuperé mi amigo estaba al lado mío, de inmediato me di cuenta que no sentía nada del ombligo hacia abajo y que no podía mover mi cuerpo, le dije ‘quedé inválida’. Mi amigo no lo podía creer, estaba muy asustado, me consolaba diciendo que todo iba a pasar, que la ambulancia estaba por llegar, pero esa ambulancia se demoró y pasó lo peor”, rememora.
Pasó el tiempo y a fines de 2021 egresó de Derecho de la Udla. Un viernes de mayo llegando de terapia de la UST con el kinesiólogo Orlando Villouta, alguien se le acercó en la estación del Biotrén. “Me preguntó hace cuánto estaba en silla de rueda, yo quedé extrañada porque nadie pregunta eso de la nada. Era un hombre muy alto con mascarilla, tenía una voz conocida, pero no lo pude reconocer. Luego consultó por mi diagnóstico y aunque yo no entendía el fin de todas estas preguntas, le dije que Traumatismo Raquimedular nivel T11-T12”, relata.
“Me contó que se llamaba Juan Carlos Parra y que era entrenador de un deporte paralímpico, que fuera a probar, no me mencionó qué deporte era, pero le contesté que sí. El lunes siguiente fui al estadio Federico Schwager para ver de qué se trataba y era levantamiento de pesas. Fue raro para mí, nunca pensé estar en ese tipo de deporte. Después de un rato reconocí al profesor, 11 años atrás asistía a su gimnasio y también me reconoció. Cómo son las cosas, volver a encontrarse con alguien, pero en condiciones totalmente distintas; la vida es tan misteriosa a veces”, añade.
Ese 16 de mayo la vida de Dayann cambió definitivamente, comenzó a entrenar en el club Parapowerlifting Biobío con Juan Carlos Parra y John Franco de la Jara, y reconoce que la experiencia sobrepasó todas su expectativas.
“Comencé levantando 40 kilos pero ahora, después de casi cinco meses, estoy levantando 72. El 20 de agosto tuve mi primer campeonato Zona Sur, estaba muy nerviosa, pero me fue muy bien. Los tres levantamientos que hice, 55, 57 y 62 kilos fueron válidos unánimemente por los jueces, lo que me clasificó al Open Internacional, mi debut en ese nivel”, manifiesta.
El torneo realizado hace algunos días en Santiago, fue testigo del gran estreno de la deportista, que se colgó la medalla de oro en la división de 86 kilos de peso corporal, rompiendo además el récord chileno vigente con una marca de 70 kilos.
Nació así una nueva figura regional en la disciplina, que parece seguir los pasos de la ya consagrada Nayadet Garcés. “Nunca pensé dedicarme a este deporte, pero me encanta y pienso seguir esforzándome para mejorar mis marcas. Los profesores son vitales, sin ellos no habría avanzado tan rápido como lo he hecho, siempre me dicen que lograré grandes cosas en este deporte, me tienen mucha fe y me gusta sentir su apoyo y el de los demás deportistas, profesores y apoderados del club que se ha transformado en una pequeña gran familia”, sentencia.