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Acelerando por la banda y soñando solo un partido más

Piero Fulgeri brilla como lateral derecho en el fútbol de la UBB, donde también se tituló campeón regional del futsal. Le queda un semestre de Ingeniería Civil y no quiere irse sin un juego más con sus compañeros.

Por: Paulo Inostroza 07 de Febrero 2022
Fotografía: Cedida.

El fútbol lo lleva en la sangre. “Mi papá jugó en Naval y siento que la buena técnica la saqué de él”, relata Piero Fulgeri, de 22 años, destacado futbolista de la UBB. Y debe ser por esa buena técnica que también se ha lucido en el equipo de futsal, donde fueron campeones regionales, pero no pudieron ir al Nacional de Punta Arenas. Entre protestas sociales y pandemia, se quedaron sin el evento que más querían y no han vuelto a competir. ¿Habrá tiempo para un partido más?

El sampedrino recordó sus inicios deportivos y cuenta que “siempre fui solo fútbol. De muy chico hice pre cadetes en la UdeC y luego estuve en el fútbol formativo de Naval hasta los 17 años. Hasta que entré a la U. Mi papá, Ronald, fue lateral izquierdo y jugó harto tiempo en Naval, después que salió de Malleco. También jugó en Lota. A mí me quedó una espinita por no haber seguido y ser profesional. Todos soñamos eso cuando chicos. Me metí a estudiar pensando sacar la carrera luego y volver a un club, pero hubo lesiones y hartas cosas que me hicieron decidir distinto”.

Recuerda que su papá trabajaba mucho en el norte y lo acompañaba a la cancha cuando podía. Su mamá, Magaly Gómez y su abuelo Arnoldo iban a todas. “Desde chico siempre jugué por la orilla. Era rápido, me ponían de lateral derecho y yo miraba mucho a Isla, a Dani Alves. Bueno, también a Messi, Cristiano, Ronaldinho… ¿Quién no? En la universidad, el profe Álex Barrales jugaba con un 3-5-2 y ahí me ubicó de carrilero, pero siempre por la derecha. También he sido puntero”.

No ha jugado mucho en el amateur, salvo breves pasos por Juventud Spring Hill y Ferro, de Chiguayante. El año pasado vivió una experiencia notable con los “Tigres de Acero”. Piero recuerda que “armamos un equipo con amigos, algunos fueron futbolistas profesionales (Manuel Reyes, Álex Díaz, Javier Bustos) y participamos en el Nacional Federado de Fútbol Siete. Ganamos a todos en Concepción y fuimos a Santiago. Los dos finalistas clasificaban a la Libertadores en Brasil y quedamos a un partido, pero seguiremos en eso. Hay que ir por la revancha”.

Dejándola chiquitita

El futsal le encanta. “La competencia universitaria de fútbol es difícil. El nivel es alto porque equipos como la Udla tienen muchos futbolistas becados, la UdeC y la Católica tienen muchas carreras, muchas relacionadas con el deporte. Nosotros somos casi todos de Ingenierías, pero damos pelea. Ahora, en futsal, la última vez le ganamos a todos acá, derrotamos a la Santo Tomás en Chillán y nos tocaba ir al Nacional. Es una lata que no pudiéramos viajar. Había buen equipo y muchos de esos compañeros ya egresaron. Me gusta el futsal porque es intenso, las canchas son grandes y hay que ser muy técnico”.

Con la pandemia vino el encierro, algo de desesperación. Recuerda que “entrenábamos online los martes y jueves y nos manteníamos en movimiento, en el espacio que cada uno podía, pero lo que uno quiere siempre es jugar, competir. Todos pensamos que el virus se iría más luego. En la UBB teníamos cancha de tierra, ahora están haciendo una sintética nueva y sería lindo jugar un partido ahí”.

Le queda un semestre de Ingeniería Civil, mientras realiza su práctica. No ha sido fácil estudiar y entrenar, pero advierte que “siempre me preguntan cómo lo hago porque mi carrera es bien demandante y no es fácil aprobar los ramos. Yo creo que hay que ser ordenado con los tiempos, no distraerse en otras cosas. Si hay un momento donde vas a estudiar, estudia. No sirve mirar a cada rato el celular. En Tercero yo me di cuenta que el deporte no solo es un juego, te ayuda a liberar tensiones, a no estar tan estresado con las pruebas. El deporte, echar la talla con los amigos, hacer lo que te gusta, eso es fundamental”.

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