Antes que Waterman se fuera a Everton, parecía que Luis Riveros podría marcharse otra vez a préstamo. Al final se quedó, ha jugado los dos partidos de Primera B como titular y es goleador de esta nueva UdeC luego del doblete que marcó en el empate 2-2 contra Santa Cruz. Igualdad que dolió.
El paraguayo comentó que “estábamos ganando, ellos quedaron con un hombre menos y se nos fueron los tres puntos en la última jugada del partido. Es incómodo y te deja un mal gusto, sobre todo, porque el partido anterior nos pasó algo parecido y salimos con un 3-3 que sentimos que pudo ser más”.
Más allá de esa autocrítica, destaca que “tal vez muchas de esas desconcentraciones finales tienen que ver con un equipo nuevo, donde recién nos estamos conociendo, pero creo que nos estamos entendiendo rápido y ahora sólo debemos cerrar los partidos. Arriba me tocó jugar primero con Lionel (Altamirano) y ahora no pudo estar por lesión y salimos jugando con Richard (Barroilhet). En ambos partidos hemos marcado. Hay asociación, llegamos bien al arco rival”.
Y reconoce que su inicio de temporada fue lleno de dudas. “No sabía qué iba a pasar conmigo, leía que me podían ceder y creo que siempre que me han dado la oportunidad he respondido. Fueron momentos de incertidumbre, pero estoy feliz con los goles y siento que estoy en casa, jugando con mucha confianza”, advirtió.
Tiene harta carrera que contar, tanta que no parece que fuera un jugador de sólo 23 años. El 2020 se esperaba mucho de él en Fernández Vial y el ariete confiesa que “llegué allá porque queríamos el ascenso y te queda esa espinita de no haberlo logrado, aunque todavía hay un tema que se está peleando con Lautaro en tribunales. Tuve partidos buenos, pero siento que las lesiones opacaron todo. Algunas fueron por estupidez de mi parte, pero también por la de los árbitros. Vial fue una muy buena experiencia y ahora quiero ganarme mi lugar en la UdeC”.