El anuncio fue informado el martes por la tarde: los gimnasios podrán funcionar en las comunas que se encuentren en fase 2. Desde luego, con una serie de protocolos. Es más, cadenas grandes no quisieron referirse a esta apertura porque aún están evaluando qué tan conveniente es abrir con los reducidos aforos que se permiten. Están buscando fórmulas para que este golpeado negocio camine. También hay muchos gimnasios pequeños y profesores que, “gracias” a la pandemia, encontraron nuevas alternativas y prefieren seguir ahí.
Nicholas Pezo trabajó en Sportlife, hoy está a cargo del canotaje infantil del Promesas Chile y señaló que “es una buena noticia por los beneficios que trae la actividad física en tiempos donde más se le necesita. La OMS lo recomienda más que nunca, por un tema mental, por la obesidad producida por el encierro, por lo inmunológico. Pero también es una buena noticia por los profesores que, en muchos casos, tuvieron que dedicarse a otra cosa. Muchos anhelaban que volvieran los gimnasios, otros se reinventaron y ya están en otra cosa”.
El “Nico” agregó que “se abrían restoranes, cines… Me parecía ilógico no abrir algo que aporta mucho más. Ahora, las reglas son exigentes y está bien, hay que cumplirlas. En el Alto Rendimiento, Chile no ha tenido casos positivos ni brotes”.
Constanza Ruiz es instructora y se reinventó durante la pandemia. Con My Time abrió una puerta que ahora no quiere cerrar. “Les pregunto a las personas que entrenan acá si quieren volver al gimnasio y sienten que este trabajo en línea les acomoda. Te evitas un viaje, es más fácil cambiar o suspender una hora, si tienes hijos te ayuda a no dejarlos solos tanto tiempo. A mí tampoco me motiva mucho volver al gimnasio. Será con poca gente, horarios bien reducidos. La gente que va a volver es la que necesita ejercitar con máquinas, eso no puedes hacerlo en la casa”.
“Coni” agregó que “hay que educar a la gente para cumplir estos protocolos, no puedes entrar a un lugar cerrado como si no pasara nada. Hay un riesgo, hay muchos gimnasios chicos, medios clandestinos. Más allá de eso es una buena noticia porque algunos logramos adaptarnos al encierro, pero no todos. Cuesta. Y hay profesores que llevan un año esperando que los llamen para trabajar”.
Rodrigo Vergara, en tanto, optó hace un tiempo por las clases personalizadas y asegura que “es una buena noticia, sobre todo, por lo laboral. También hay que responderle a la gente que contrató planes antes de pandemia y estaban congelados. No creo que muchos vayan a contratar ahora. Hay que tener claro que en un gimnasio los espacios no son tan amplios. Las trotadoras son hartas, pero están una al lado de otra y así con todas las máquinas. Tendrán que ver cómo arreglárselas para que salga a cuenta abrir con 20 personas. También hay gente que se acostumbró a trabajar en casa. Los protocolos exigen una persona cada 8 metros cuadrados en fase 2 y lo que se hace en salas (zumba, baile) con un máximo de 5 personas. En fase 3 ya se permite un poquito más, así que veamos cómo va funcionando”.